Miércoles, 28 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6282.
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300 casas 'okupadas' en Barcelona
En Madrid ha bajado este movimiento, que tiene gran fuerza en la capital catalana
SILVIA TAULÉS

En Madrid durante los años 80 y 90 el movimiento okupa tuvo cierta fuerza. Actualmente ha descendido, mientras que en Barcelona está arraigado, sobre todo en determinados barrios, como Sants y Gràcia. Según los datos del propio Ayuntamiento, en la ciudad hay más de 300 casas okupadas. Y es que el lema «A cada desalojo, una nueva okupación» se sigue al dedillo en esta ciudad.

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No obstante, la comunidad es muy diversa. Hay okupas que deciden vivir en casas ajenas abandonadas por una ideología basada en el anarquismo y en contra del sistema. Suelen okupar edificios abandonados y los convierten en centros sociales en los que se hacen actividades culturales y solidarias. Otros son jóvenes extranjeros que pasean el mundo con mochila y aprovechan que otros han okupado casas para pasar noches sin previo pago de habitación de hotel.

Otros colectivos tratan de usar la okupación como forma de reivindicación. Es el caso de un grupo que ha comenzado a okupar inmuebles en los que los inquilinos están amenazados por mobbing inmobiliario. Otros casos podrían ser los de artistas que usan lugares deshabitados como talleres de creación.

Sea como sea, los desalojos se suceden de forma constante aunque hay algunos mucho más sonados que otros. Hace poco más de un mes que, en Barcelona, el colectivo cultural La Makabra fue desalojado del edificio que ocupaba de forma ilegal y sus miembros decidieron entrar en el recinto fabril de Can Ricart que los vecinos reivindican como equipamientos y que el Ayuntamiento quería derrumbar. Este desalojo, que terminó en pocos días y de forma tranquila se convirtió en principal foco de la actualidad local política durante semanas. Además, el conseller de Interior, el ecosocialista Joan Saura, se congratulaba de que desalojo hubiera sido «de buen rollo», mientras su pareja, la tercera teniente de alclade del Ayuntamiento, Imma Mayol, se definió cercana al colectivo okupa.

Pero este no ha sido el más polémico desalojo de la historia reciente de Barcelona. El cine Princesa, situado en el centro de la ciudad, terminó con decenas de detenidos y heridos. Este fue el primer episodio, en 1996, que reveló a los ciudadanos que existía este movimiento en la ciudad y que, a veces, podía ser violento. Aquel edificio era llamado el castillo de los okupas, porque era su bastión, su cuartel general. Fue una noche de octubre cuando comenzó un desalojo que terminó en batalla campal. Los okupas lanzaron a los agentes de la policía situados junto al edificio botellas incendiarias. Aquel día terminó con medio centenar de detenidos.

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