Miércoles, 28 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6282.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Lo verdadero es siempre sencillo, pero solemos llegar a ello por el camino más complicado (George Sand)
 MADRID
Ocio / Teatro
Mario Gas, en el avispero de Afganistán
El director del Español se coloca al frente del montaje 'Homebody/Kabul', cruda reflexión sobre el choque de civilizaciones
PEDRO VILLORA

Todo teatro es político por presencia o por ausencia, por alienación o por participación», afirma Mario Gas, director del Teatro Español y responsable último del montaje de esta obra maestra de Tony Kushner, un autor que ha declarado no poder «escribir nada que no sea político». Pero Gas precisa: «El término político está pervertido: teatro panfletario, de partido, agit prop... El teatro de Kushner es político en un sentido amplio. Es un autor que toma conciencia de lo que ocurre a su alrededor y escribe sobre eso tomando un partido determinado. Ese aspecto de Homebody/Kabul es político y me ha interesado porque hay un nivel de especulación más allá de un aspecto concreto».

Publicidad
Esa cuestión específica es la tiranía talibán que ha masacrado Afganistán, pero va más lejos. Así, Mario Gas asegura que «los grandes textos sobrepasan el foco de lo que están hablando para referirse a cosas mucho más amplias. Aquí hay estímulos por todos lados porque, al margen del conflicto de Afganistán, que es fundamental, se pone en solfa toda la represión occidental sobre lo oriental, una especulación sobre los territorios que históricamente han sido ricos culturalmente pero luego han sido masacrados por ser lugares de cruce o sitios de donde se podían extraer beneficios para terceros. Es la eterna lucha del colonialismo sobre los países del tercer mundo».

Homebody/Kabul presenta para su director interrogantes especiales «y, además, una crítica muy bien establecida a todos los fundamentalismos, ya sean capitalistas o islámicos. Bajo ese macrocosmos hay un deterioro de las relaciones y los personajes occidentales, que va desde el desclasamiento de algunos occidentales que huyen de una sociedad que no les satisface hasta la indolencia donde está instalada la clase media, atiborrada de información para desinformar. Además, los habitantes de un territorio determinado, que en este caso son los tayicos afganos, sufren también el fundamentalismo talibán», poniendo como ejemplo «la situación de las mujeres bajo estos hombres».

Vicky Peña, presencia habitual en los repartos de Mario Gas y una de las actrices más aclamadas y premiadas del momento, protagoniza Homebody/Kabul junto a un selecto y extraordinario grupo de intérpretes españoles como Roberto Alvarez y Jordi Collet. Pero es especialmente destacable la participación de Gloria Muñoz en el papel de una bibliotecaria afgana represaliada y de la joven Elena Anaya como una inglesa desaparecida en Afganistán. Ambas utilizan en escena el burka, obligado por el código de vestimenta femenina islámica y que es completo, cubriéndolas hasta los pies. «Los primeros días que llevaban el burka manifestaron una sensación absolutamente asfixiante y extraña», revela Mario Gas, «como si viesen el mundo a través de una cárcel muy reducida que oprime la cabeza, la mejilla... También hay un sentimiento de humillación, de estar ocultas por una máscara que crea dos problemas, el físico y otro mental de estar encerradas a la vista de todos».

Junto a estos españoles hay otros nacidos en Marruecos, Irán y Argelia. «Buscamos actores por Afganistán e Irak pero no dio resultado. Hemos hecho audiciones en Tánger, Casablanca, Barcelona, Madrid, París... y de ahí salió el reparto. Son actores de teatro, cine y televisión que han aceptado trabajar aquí, y es una propuesta muy interesante porque los cómicos hablamos el mismo lenguaje en todas las partes del mundo. Han enriquecido la obra con su cultura, su manera de moverse y actuar.

Esta pieza sobre el horror en Afganistán la dirige un destacado manifestante del No a la Guerra: «Como artista y ciudadano cojo un texto que me gusta y a partir de ahí buceo en la esencia. Desde un nivel oficial, Irak y Afganistán tienen un respaldo diferente. La pregunta es cómo, por qué, dónde, cuándo y qué ocurre con esta relación del mundo occidental con Afganistán. También podríamos hablar de América Latina, Africa... No pretendo hacer un montaje para manifestarme a favor o en contra de la presencia de las tropas de España en Afganistán», concluye.

Homebody/Kabul. Teatro Español (Príncipe, 25). Hasta el 29 de abril. 91 360 14 84.


KUSHNER, VOZ DE LA CONCIENCIA DE LA ESCENA ESTADOUNIDENSE

La valía del autor y de la obra no radica exclusivamente en su temática: «Kushner no hace un teatro de soluciones sino de interrogantes sobre cuestiones fundamentales que están pasando ahora, que han pasado y que pasarán. Y, como autor teatral, tiene una riqueza de conflictos, de situaciones y de personajes muy bien observados, con un estilo muy peculiar, que lo convierten en un gran dramaturgo», opina Mario Gas acerca de este escritor neoyorquino, nacido en 1956 y que en apenas 15 años se ha convertido en la voz de la conciencia de la escena estadounidense. Parafraseando acaso a Truman Capote, se define como judío, homosexual y antisionista.

Al menos tres de sus obras se han visto ya en Madrid, aparte de una versión de Corneille ('La ilusión') que estos días se estrena en el Teatro de la Abadía. Se trata de 'Angels in America', el influyente drama -«fantasía gay sobre temas nacionales» llamó Kushner a este texto sobre el sida en la era Reagan- que dio origen a una miniserie televisiva dirigida por Mike Nichols e interpretada por Meryl Streep, Al Pacino y Emma Thompson; la misma pieza que sirvió para que José María Flotats preinaugurase el Teatro Nacional de Cataluña.

También se ha visto un acercamiento al final de la URSS llamado 'Eslavos' (dirigido por Jorge Lavelli con Blanca Portillo y Héctor Colomé) y 'Una habitación luminosa llamada día', en la que se remontaba a los orígenes del nazismo y que en España dirigió Gerard Mulgrew con Kiti Mánver.

Su evidente preocupación histórica está en el origen de 'Homebody/Kabul', una obra escrita justo antes del atentado del 11 de septiembre de 2001 y estrenada un mes después. «Todos jugamos a la paradoja y a la iluminación», dice Mario Gas. Y añade: «Cuando este hombre estaba escribiendo la obra ocurrió lo de las Torres Gemelas, un hecho insólito que a todos nos dejó absolutamente pasmados y sin poder pensar. Pero antes ya se habían escrito muchos libros y hecho muchas películas de ficción donde podían ocurrir este tipo de atentados. Esto sencillamente parece convertirlo en un hombre atento a su alrededor y con intuiciones, pero sin excesivas iluminaciones. Sabía que en algún momento algo podía pasar por la situación de los últimos años. Es una obra intuitiva pero tampoco se ha sacado un conejo de la manga. Por ahí flotaba que algo iba a pasar. Era un hecho evidente por la fuerte lucha de intereses».

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad