IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal
ROMA.-
Una vez los enamorados proclamaban al mundo su amor escribiendo en la corteza de un árbol sus nombres atravesados por una flecha. Pero eso era antes.
Desde hace años, en Roma se ha impuesto un rito con el que cada día cumplen decenas y decenas de tortolitos. Consiste en colocar en una farola del Puente Milvio un candado con los nombres de los dos enamorados en cuestión, cerrarlo y arrojar después la llave a las profundidades del río Tíber en una bonita metáfora del amor eterno. Sólo hay un problema: son tantos los candados que en la actualidad cuelgan de las farolas del puente que amenazan con tirarlas abajo. Por no hablar del nada estético efecto que el amasijo de candados, cadenas y chatarras varias produce en este emblemático monumento, del que ya se tenían noticias en el 270 a.C. Hasta el punto de que la coalición de centroizquierda ha solicitado oficialmente la retirada de los centenares de candados del Ponte Milvio, para gran escándalo del personal.
La petición ha cobrado forma a través de Eugenio La Rocca, el responsable de Bienes Culturales del Ayuntamiento, quien aboga por la creación de unas estructuras especiales en las que colgar los dichosos candados. Una petición que ha desatado una enorme polémica, sobre todo en las filas del centroderecha, que considera la petición una especie de atentado contra el amor. «Es una solicitud increíble y miope que ofende a los cientos de enamorados que han colocado un candado en el Puente Milvio. Justo en estos tiempos en los que hay tantos mensajes de odio, llama la atención que se quiera atacar a quien manifiesta amor», se escandaliza Marco Daniele Clarke, miembro de Alianza Nacional y asesor de Obras Públicas del municipio XX de Roma, donde se encuentra el mencionado puente.
El rito de colocar los candados es muy reciente, pero ha calado muy hondo entre los enamorados de la capital italiana. De hecho, el padre de esta leyenda urbano no es otro que el escritor Federico Moccia, un autor muy apreciado entre los jóvenes que, en varios de sus libros, ha elevado el Puente Milvio a la categoría de puente de los enamorados, describiendo con detalle el ritual de los candados. Un ritual que admite haberse inventado para dar empaque a la historia de amor de Step y Gina, los protagonistas de Tengo ganas de ti, una de sus novelas.
A partir de ahí, la leyenda urbana de los candados de Ponte Milvio no ha dejado de crecer. Numerosísimos blogs se hacen eco de ella y, por si no fuera suficiente, los candados del amor del Puente Milvio también aparecen en un videoclip de Tiziano Ferro, intérprete también de la banda sonora de la película Tengo ganas de ti, que se estrenará en breve.
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