La sonda New Horizons recibió en la madrugada de ayer un empujón invisible del planeta Júpiter, una operación programada por los científicos de la NASA que ha agregado 15.000 kilómetros por hora a su ya velocísima trayectoria por el Sistema Solar. La nave, que llegará al recientemente degradado planeta en el julio de 2015, ha pasado a tan sólo 2,3 millones de kilómetros del planeta.
El paso de la sonda por el punto más cercano a Júpiter se produjo a las 05.43 GMT, aunque la observación y toma de imágenes del planeta y cuatro de sus lunas más grandes comenzaron hace dos semanas, y se prolongarán al menos hasta junio.
Tras enviar al centro de control en tierra las imágenes y datos obtenidos de su paso cerca de Júpiter, la nave será puesta en hibernación, como permanecerá los próximos ocho años, hasta llegar a las cercanías de Plutón. La sonda, que utiliza un sistema de propulsión basado en el plutonio, fue lanzada en enero de 2006, y tiene que recorrer unos 6.400 millones de kilómetros antes de llegar hasta su destino.
Precisamente por dirigirse hacia un objetivo tan lejano, la New Horizons es la nave más veloz jamás construida. Tras el empujón gravitatorio recibido de Júpiter, viaja a 84.000 kilómetros por hora.
Pero además de para recibir este gran impulso -de no hacerlo, el viaje duraría unos cinco años más-, el paseo por las cercanías de Júpiter permitirá a los científicos rellenar algunas lagunas sobre este planeta, que no visita una nave desde que el extinto satélite Galileo pasara ocho años en su órbita. Entre otras cosas, los científicos esperan obtener información sobre la Gran Mancha Roja, una gigantesca tormenta en la superficie de Júpiter que nunca ha sido fotografiada en alta resolución, ya que se formó tras la muerte del Galileo.
Además, la New Horizons también ha tomado valiosos datos sobre Europa, una de las lunas del planeta donde hay indicios de que puede haber un océano subterráneo de agua salada.
Los problemas que tuvo la sonda Galileo con una antena impidieron que los científicos pudieran obtener imágenes en alta resolución de Europa, que presenta una superficie de apariencia suave, plana y helada. Ahora, gracias a los sensores de infrarrojos que viajan a bordo de la New Horizons, los expertos esperan conseguir información sobre la superficie de la luna e incluso del subsuelo.
Además de Europa, la nave ha realizado distintas observaciones sobre tres lunas hermanas que tienen volcanes activos, y en las próximas semanas pasará por la cola magnética de Júpiter, que se extiende por miles de millones de kilómetros y que ha sido muy poco estudiada por los científicos.
«Ésta es una oportunidad sin precedentes», señaló el principal investigador de la misión, Alan Stern, en un comunicado. «Nunca antes se ha hecho un empujón gravitatorio con un planeta gigante», destacó.
Debido a la alta velocidad que tendrá la nave cuando llegue a Plutón, no frenará ni descenderá en el ex planeta, sino que los científicos deberán conformarse con que la New Horizons orbite seis meses alrededor del astro, tomando fotografías y multitud de datos que servirán a los científicos para estudiar sus orígenes, y poder comprender mejor el nacimiento de los planetas como el nuestro. Luego, seguirá rumbo al Cinturón de Kuiper, el conjunto de objetos que se halla en los confines del Sistema Solar.