VALENCIA.- Para el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, la cultura es una prioridad. Lo dice desde el conocimiento de haber sido conseller del ramo. «Tiene el valor intrínseco de aportar capital humano, calidad de vida y bienestar social entre los ciudadanos, pero además se debe contar con las sinergias económicas que produce», comenta. «La apuesta por la cultura es la apuesta por el bienestar de los ciudadanos», añade.

Desde esa perspectiva constata que «ha pasado a contemplarse como una inversión» en sentido estricto. Y da un ejemplo. «Los proyectos culturales han provocado un aumento del 4% en la renta directa de la Comunidad Valenciana. En concreto, la Ciudad de las Artes y las Ciencias ha causado un impacto económico en la renta de Valencia de 1.085 millones de euros constantes y ha creado en estos años 38.178 empleos directos e indirectos», detalla.

En ese contexto se enmarcan los premios Valencianos del Mundo, cuya función es reconocer a aquellos que se han distinguido por la excelencia de su labor. Unos galardones que se concederán el próximo 29 de marzo en el Palau de les Arts y que, por primera vez, se entregarán en Valencia. Estos premios están patrocinados por EL MUNDO y la Generalitat valenciana. Durante su primera legislatura como jefe del Consell, Camps ha apoyado explícitamente algunos de los grandes proyectos culturales, como el Palau de les Arts, la joya de la corona. «Confiamos en que el año que viene se mantenga el éxito de esta primera temporada. Valencia es una tierra de músicos y merece un palacio de la ópera de primer nivel mundial como el que se ha levantado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias», comenta.

«Además contamos con dos grandes maestros (Lorin Maazel como director musical y Zubin Mehta como director del festival del Mediterráneo) y con la nueva Orquesta de la Comunidad Valenciana, con sede en el Palau de les Arts, que ha alcanzado un alto nivel de excelencia», agrega.

Haciendo suya la herencia del pasado, el presidente de la Generalitat tiene en cartera desarrollar la ampliación del IVAM que diseñaron los japoneses Sejima y Nishizawa, y que se había pospuesto. «El IVAM es uno de los museos de arte contemporáneo más importantes de España y, por su propio crecimiento, necesita una ampliación. El proyecto vamos a llevarlo a cabo. En estos momentos se está consolidando la manzana de alrededor del actual edificio para poder ampliarlo. Luego se procederá a la ampliación propiamente dicha del museo y la última fase será ponerle la vanguardista piel. Es un proyecto muy ambicioso que, una vez concluido, convertirá al IVAM en centro de referencia no sólo como museo sino como edificio emblemático», comenta.

Junto a esta ampliación, la Generalitat Valenciana tiene en marcha un nuevo edificio de Calatrava, el Agora, con un presupuesto en torno a 50 millones de euros, que completará el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. «Queremos inaugurar este año este espacio multifuncional. El Agora es la demostración de nuestra apuesta de ambición en una sociedad que diferencia a los que hacen de los que dicen». Esta vanguardista plaza pública la presenta como «un lugar de encuentro» de los valencianos con su pasado, pero también con su futuro. «El Agora se convierte justo en ese punto de encuentro de lo que en la memoria colectiva cualquier mediterráneo lleva, Grecia, Roma, Occidente, y lo que es nuestra apuesta de modernidad», dice. Se trata, además, de un proyecto «netamente valenciano», en el que por primera vez dos empresas de la Comunidad realizan un edificio de estas características. «Una vez más la Comunidad Valenciana le dice al mundo: 'Así se hacen las cosas'».

Su política, empero, no deja de lado la apuesta por el pasado. Es más, la incentiva. Con dos hitos destacados: el hallazgo y restauración de los frescos de la catedral de Valencia, las primeras pinturas renacentistas de España, y la recuperación de un claustro expoliado del monasterio de la Valldigna y que formaba parte de un chalet de Franco.

En esta labor, Camps destaca las exposiciones de la Luz de las Imágenes, que creó cuando era conseller de Cultura, y que, a imagen y semejanza de Las Edades del Hombre, restauran arte sacro, con una particularidad: también intervienen en bienes inmuebles. En sólo siete años se han invertido 75 millones. «El salto de la situación del patrimonio histórico ha sido tremendo gracias a esta labor de recuperación. Los datos y las cifras son bien elocuentes: cerca de 2.000 obras recuperadas y 37 inmuebles».

Apoyado en el sólido pilar de las frías cifras, Francisco Camps asegura que su objetivo es «impulsar políticas que acerquen la cultura a la población, que llegue a todos», de la misma manera que pasa con la Sanidad y la Educación. Por ello, anuncia, el gobierno valenciano creará unas Tarjetas Culturales de la Tercera Edad con cobertura autonómica, que facilitarán el acceso a cualquier tipo de espectáculo cultural organizado o participado por la Generalitat Valenciana.