Jueves, 1 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6283.
ECONOMIA
 
PULSO ENERGÉTICO / El máximo ejecutivo del grupo italiano desvela a la CNMV su reunión con el ministro y el asesor económico de Zapatero, David Taguas / Rajoy acusa al Gobierno de urdir el nuevo asalto a Endesa
Enel admite a la CNMV que trató con Clos de sus planes en España
Antes de hacerse pública la nota, José Blanco había atribuido el anuncio de «una solución española» para Endesa a la «gran intuición» del ministro / Rajoy: «El Gobierno ha urdido un plan sin pies ni cabeza»
C. SEGOVIA / J. T. DELGADO

MADRID.- El grupo italiano Enel puso ayer en entredicho la credibilidad del Gobierno español en torno a la nueva operación de asalto a la eléctrica Endesa.

Forzado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Enel desveló en la tarde de ayer, en un comunicado oficial, que trató hace apenas 13 días de su «posicionamiento en España» con nada menos que el ministro de Industria, Joan Clos, y un alto funcionario de Moncloa, cuando el Gobierno llevaba horas negándolo.

El comunicado de Enel abonó la impresión generalizada de que su irrupción en España tiene apoyo político y responde al intento del Gobierno español de torpedear, una vez más, la Oferta Pública de Adquisición de acciones (OPA), puesta ya en marcha por el grupo alemán E.ON.

Al mismo tiempo, puso en la picota la versión gubernamental defendida desde primera hora en el palacio de la Moncloa y el Ministerio de Industria. Fuentes gubernamentales habían asegurado por la mañana a este diario que no existía «constancia» de reunión alguna en los últimos tiempos con Enel. Esa misma versión fue ofrecida por el Ministerio de Industria.

Pero el mensaje quedó hecho trizas a las 17.47, horas cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hizo público que había recibido una respuesta italiana a su requerimiento sobre si había mantenido algún contacto con instituciones públicas españolas.

Enel respondió que «como accionista del grupo Enel Viesgo desde el 8 de enero de 2002, mantiene regularmente contactos y relaciones con organismos, instituciones y autoridades del sector». E inmediatamente, soltó la bomba: «En particular, con ocasión de la última visita a España en el mes de febrero, el consejero delegado de Enel, Fulvio Conti, junto con su asistente, Javier Anzola y el consejero delegado de Enel Viesgo, Miguel Antoñanzas, se reunieron el día 16 de dicho mes en Madrid con el ministro de Industria, Joan Clos, y, sucesivamente, con el director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, David Taguas». Dos horas después, Clos y Taguas se decidieron finalmente a confirmar la existencia de la reunión, aunque aseguraron que «en ningún momento se trató la entrada en Endesa».

El comunicado de Enel no excluyó expresamente, sin embargo, este tema de conversación. Sí aseguró que «se trataron asuntos relativos al posicionamiento de Enel en España». Y mencionó «el crecimiento orgánico de Enel Viesgo» o «el proyecto de contadores electrónicos».

Clos y Taguas corroboraron esos asuntos tratados. «Fue una reunión ordinaria», dijo el ministro. Sorprende en particular que el asesor económico del presidente del Gobierno acepte una reunión -en día de Consejo de Ministros- para tratar esos asuntos sin presencia de ningún funcionario del Ministerio de Industria afectado. Taguas, como su antecesor Miguel Sebastián, suelen ser requeridos para que Moncloa sea informada de grandes operaciones.

El Ministerio de Industria negó también que en la cumbre hispanoitaliana del pasado día 20 se tratara el asunto. En todo caso, Clos y Taguas no se quejaron de falta de información de Enel, pese a que ése fue precisamente uno de los puntos de ataque que desencadenó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el 21 de febrero de 2006, cuando E.ON hizo pública por sorpresa su OPA sobre Endesa.

Aquel día, el propio Zapatero reunió a los periodistas para dejar claro su desacuerdo con la entrada de un grupo extranjero como E.ON en Endesa. Ayer, en contraste, Zapatero eludió responder, a su salida del Congreso de los Diputados, a una pregunta de este diario sobre su opinión del nuevo escenario en Endesa.

«Es que el Gobierno no tiene nada que decir, se trata de una operación empresarial», explicaron después fuentes gubernamentales. Éstas situaron la diferencia entre E.ON y Enel «en que los italianos sólo pretenden una parte minoritaria de Endesa y no el 100%». El Gobierno restó ayer importancia al hecho de que el primer accionista de Enel sea el Ministerio italiano de Economía.

Sí se la dio el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy. «Después de contarnos la historia de los campeones nacionales ahora va a entrar en Endesa un Gobierno extranjero», se quejó. «El Gobierno ha urdido un plan sin pies ni cabeza». Es «la continuación de un espectáculo impresionante», dijo tras recordar el apoyo del Gobierno a Gas Natural, que ha puesto «patas arriba todo el sector eléctrico». Rajoy instó al vicepresidente segundo, Pedro Solbes, a aclarar si va a autorizar a una empresa extranjera de capital público ejercer derechos políticos plenos en Endesa. Solbes sugirió ayer que sí lo autorizará, porque la legislación del PP -la Ley de Acompañamiento presupuestaria de 1999 y reformada en 2003- que le permite obstaculizar a Enel y a empresas de capital público extranjero, «viene siendo cuestionada por la Comisión Europea desde hace tiempo».

Solbes dispone de dos meses para pronunciarse y es difícil que lo haga antes del día 20, el día de la junta extraordinaria de Endesa en que E.ON espera eliminar obstáculos estatutarios a su OPA. Con o sin autorización, Enel es ya clave.

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