J. T. D.
MADRID.-
E.ON mantiene intactos sus planes en España y prepara todo su arsenal para impedir que la entrada del capital italiano obstaculice su Oferta Pública de Adquisición (OPA). A primera hora de la mañana, la eléctrica con sede en Dusseldorf emitió un escueto comunicado para dejar claro que «continuará con su oferta por Endesa en su forma actual, independientemente de la compra, según se ha dicho, de acciones de Enel».
Para refrescar la memoria de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía alemana recordaba que su OPA «es la única que está disponible para todos los accionistas de Endesa». Una forma educada de exigir al organismo regulador que tome cartas en el asunto y obligue a la compañía de Fulvio Conti a lanzar una OPA por el 100% del capital de Endesa.
Desde que aterrizó en España, en febrero del año pasado, E.ON ha reiterado la necesidad de que todos los actores compitan en igualdad de condiciones. Sin embargo, el grupo alemán ha tenido que lidiar, primero, con la entrada de Acciona; y, ahora, con la compañía pública italiana.
E.ON es consciente de que la Administración española no le prestará demasiada ayuda, habida cuenta del respaldo gubernamental al desembarco de Enel. Sin embargo, esperaba un mensaje más contundente por parte de la Comisión Europea. Ayer, Bruselas eludió valorar la operación italiana y recalcó que son los mercados los que tienen que decidir. El Ejecutivo comunitario defendió, además, que las compañías públicas tienen el mismo derecho a lanzar ofertas que las privadas.
«No tengo ninguna intención de echar más leña al fuego en este tema. No tenemos ningún comentario. Es una cuestión que corresponde puramente a los mercados», se limitó a señalar el portavoz de Competencia del Ejecutivo comunitario, Jonathan Todd, según informa Europa Press. La declaración del funcionario -mano derecha de la comisaria del ramo, Neelie Kroes- cayó como una losa en Dusseldorf y hundió un 4% las acciones de E.ON en Francfort. La eléctrica confiaba en recibir el apoyo explícito de Bruselas. No obstante, según fuentes del sector, la posición de la Comisión Europea podría variar en los próximos días. Dependerá del grado de dureza con que la canciller Angela Merkel tome cartas en el asunto.
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