MARIO MENÉNDEZ MATO
Hace un año escribí un artículo en este mismo espacio en el que anticipaba un buen ejercicio para las inversiones en China y el resto de Asia. Desde entonces, las acciones chinas han tenido un rendimiento récord: el índice de Shanghai ha doblado su precio. La clave de estas subidas espectaculares ha estado en la entrada masiva de liquidez, tanto por parte de los inversores extranjeros como por parte de los nacionales. Los gestores de fondos internacionales se han despertado (finalmente) ante la necesidad de tener una cierta exposición a la región más dinámica del mundo y han comprado todo el papel que se ha puesto a la venta. Por su parte, los chinos han seguido acumulando acciones gracias el efecto llamada de unos rendimientos excepcionales.
Pero con tanta euforia compradora, las valoraciones de una buena parte de las empresas se han tornado injustificables. Creo que la Bolsa china, probablemente, bajará en 2007, debido a la recogida de beneficios impulsada por la falta de transparencia de las empresas, las introducciones masivas en Bolsa, los posibles escándalos económico-financieros y los cambios fiscales. Pero desde el punto de vista económico, las cosas van a seguir yendo bien. El milagro económico chino se va transformando de un crecimiento generado por las inversiones extranjeras y el aumento de capacidad de producción de las empresas a un crecimiento derivado del aumento del consumo interno. Todavía hay muchas excelentes oportunidades de inversión en Asia, pero ahora habrá que localizarlas atentamente. El casino donde todos ganan se ha acabado.
Mario Menéndez Mato es director general y
broker
de Orient Finance.
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