El etarra José Ignacio de Juana Chaos protagonizó el pasado sábado un nuevo altercado con los funcionarios encargados de su custodia, según confirmaron ayer a EL MUNDO fuentes de la Confederación Española de Policía (CEP) y la Unión Federal de Policía (UFP). En esta ocasión, el preso y su novia fueron sorprendidos compartiendo la misma cama.
El etarra tiene un régimen de visitas especial, que se le otorgó al considerar que en su estado -en huelga de hambre desde el pasado 7 de noviembre- corría el riesgo de intentar suicidarse. Para evitarlo se autorizó la presencia en su habitación de un acompañante las 24 horas del día, del mismo modo que los presos que se encuentran en una prisión y que corren este mismo riesgo cuentan con la vigilancia de un recluso de confianza del centro penitenciario.
Sin embargo, como denuncian en la CEP, en ningún momento se ha autorizado al etarra para mantener «una comunicación especial íntima», es decir, un vis a vis con su pareja.
Pero, para sorpresa de los policías que se encontraban en ese momento en la puerta de la habitación del Hospital 12 de Octubre, donde permanece ingresado el preso, De Juana Chaos y su novia -Irati Aranzabal- estaban juntos en la misma cama.
Inmediatamente, los funcionarios entraron en la habitación y le explicaron al etarra que no había recibido una autorización para mantener una «comunicación íntima» con su pareja y que ésta debía salir de la cama. Una orden que ni el preso ni su novia parecían dispuestos a cumplir. Por este motivo, los funcionarios se vieron obligados a sacar la cama del etarra al pasillo. Pensaban que con esta medida el recluso depondría su actitud, algo que, sin embargo, no hizo. Por el contrario, De Juana Chaos cogió una manta, la tiró al suelo y ahí fue donde pasó toda la noche.
Los sindicatos policiales quieren dejar bien claro que fue él quien tomó esta decisión, puesto que en la habitación había otra cama vacía.
Al día siguiente, y pese a la falta de comodidad, el etarra y su novia no se despertaron hasta el mediodía. Decidieron entonces que era el momento de tomar una ducha. Se desnudaron y se metieron en el cuarto de baño. Media hora después, salieron y volvieron de nuevo juntos a la cama, que los policías habían devuelto ya a la habitación.
Los funcionarios no sabían ya muy bien qué hacer ante una situación que empieza a «desbordarles», según explicaron a EL MUNDO fuentes de la CEP.
En esta ocasión, fue el servicio médico del hospital el encargado de hacerles saber a De Juana Chaos y a su novia que ésa no era forma de comportarse en un centro sanitario. Parece que esta vez la reprimenda tuvo más efecto, y la compañera sentimental del etarra salió de la cama.
Para la CEP, estos altercados son consecuencia de «la manga ancha que ha tenido el Ejecutivo con el recluso, que goza de un régimen casi abierto de visitas». «Encontrarlo en la cama no es más que el último episodio de un vodevil, que dice mucho del estado de salud en el que se encuentra el preso», señalan desde este sindicato policial.
De momento, los policías que custodian al recluso han puesto el último altercado con el etarra en conocimiento del jefe del área de la Brigada Provincial de Seguridad, Miguel Angel Vega López, quien, a su vez, le ha comunicado las continuas quejas de los funcionarios a Instituciones Penitenciarias.