JOSE MARIA ROBLES
Como en el chiste, hay una noticia buena y otra mala en relación a Nacho Vegas y el insólito culebrón eurovisivo que ha protagonizado de forma involuntaria los últimos días. La buena: que una vez que la bola de nieve (léase campaña promocional mitad paródica, mitad reivindicativa) ha empezado a rodar, el músico asturiano insinúa que su ilusión por participar en el festival permanece intacta y que el próximo año volverá a estar disponible. La mala: que el pasado domingo el programa Misión Eurovisión dio a conocer -merced a los sms enviados por los telespectadores- a los representantes oficiales de Televisión Española en el certamen continental. Están en las antípodas del cantautor indie, se hacen llamar Nash (aunque en familia responden por Basty, Ony, Javi y Mikel) y serán ellos los encargados de conducir lo más lejos que puedan un rumboso artefacto spanglish titulado I love you mi vida.
Sea como fuere, y mientras el cuarteto seleccionado poco menos que lía el petate rumbo a Helsinki, donde se celebrará el concurso, la plataforma pro Vegas no sólo no se detiene, sino que coge carrera. ¿Intento de desestabilización? ¿Campaña de largo recorrido? ¿Broma inacabable? Ni el propio Nacho Vegas sabe muy bien por dónde van los tiros.
«La historia me llegó de rebote y me pilló un poco por sorpresa. No sabía muy bien cuál era su procedencia y no tenía nada que ver con un músico como yo. Luego vi que podía tener su gracia si se presentaba Morrisey, como se especulaba en el Reino Unido», comenta vía telefónica el ex líder de Manta Ray horas antes de llegar a Madrid y de actuar en el concierto/fiesta de cumpleaños del local Ladinamo (www.ladinamo.org). Por cierto: hoy, 1 de marzo, declarado Día Mundial por la Paz y la Canción y por Nacho Vegas a Eurovisión por el foro de internet del que partió la iniciativa (nachovegasaeurovision.blogspot.com). Proyecto que, todo sea dicho, corre en paralelo al que en Inglaterra ha querido aupar al olimpo europeo de la canción ligera al propio Morrisey, cabeza visible de los extintos The Smiths, y al crooner pop Jarvis Cocker.
El autor de álbumes como Desaparezca aquí, Cajas de música difíciles de parar y Actos inexplicables se reconoce un tanto perplejo frente al revuelo montado por Supremo Mensajero, seudónimo tras el que se oculta el principal impulsor de una propuesta que ha logrado aglutinar a periodistas, gente de la cultura y chirigoteros varios. «No me he llegado a plantear cómo sería mi canción en caso de que participara. Eurovisión es una bazofia, le haría un favor presentándome. Si finalmente fuese así me gustaría estar con toda la orquesta que interpreta los temas en directo, aunque ahora puede que hagan playback...», expone con sorna. Y añade: «Si cogemos las grabaciones de Eurovisión de mitad de los 60 encontramos una colección de canciones muy buena. Ahora todo el mundo hace lo mismo. Me acuerdo que de pequeño Eurovisión era un acontecimiento. Y lo mismo sucedía con el Festival de la OTI, que ni se celebrará...».
Después de remover un poco el circuito con Enrique Bunbury (juntos manufacturaron El tiempo de las cerezas), Vegas reemprende una gira de conciertos acústicos con la única compañía de Xel Perera (guitarra, mandolina, banjo...). Esta noche pone banda sonora al aniversario de sus amigos de Ladinamo -«me siento bastante afín a su forma de pensar, aunque colaboro con ellos con menos asiduidad de lo que me gustaría»- con alguna canción que no suele formar parte de su repertorio habitual. Una lástima que no haya jurado...
Nacho Vegas + Remate
. A las 23.30 h., en la Sala El Sol. Precio: 12 euros.
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