No es una megalópolis de estampa futurista (todavía), ni asiste al enfrentamiento entre superhéroes y megavillanos (algún kaboom! igual sí que sobra), ni siquiera tiene conciencia de atesorar poderes extraordinarios (afabilidad al margen). Y sin embargo Madrid asoma como protagonista en un buen manojo de cómics, historietas mínimas (o no tanto) en las que la fisonomía de la capital -de Cibeles al Rastro, y vuelta a empezar- y la singularidad de sus gentes se comprimen en un resultón fresco de viñetas, en una galaxia doméstica a varias tintas.
![Publicidad](http://cache.elmundo.es/banners/T/tiraav.gif) |
|
Llenar con bocadillos y datos al por mayor ese gran container que es el circuito del denominado Noveno Arte existente en la capital tiene algo de trabajo documental babélico. Bastante más interesante resulta echarle el lazo al testimonio de quienes mejor conocen sus resortes. Servando Carballar y Mauro Entrialgo son dos de esos personajes imprescindibles para explicar el qué, cómo, cuándo, dónde y, sobre todo, por qué del tebeo en la ciudad.
«Vivimos ahora mismo un momento de máximo interés gracias a dos fenómenos. Por un lado, el acercamiento de Hollywood al género, que ha permitido desarrollar películas de alcance masivo inspiradas en los superhéroes (de Spiderman a Sin City), que en principio iban dirigidas a chavales pero que han conseguido arrastrar al público adulto; y por otro lado, la explosión manga, auspiciada por gente que empieza a leer y que presenta una gran diversidad temática, con cuestiones que no están filtradas por la civilización occidental (sexo, vida estudiantil...) y que a ellos les interesa. A todo ello debe añadirse el que las ediciones se han volcado. Ahora se edita todo», explica con afán didáctico Carballar, a quien los aficionados a la músicano tendrán problema en ubicar (es el líder de uno de los grupos señeros del electropop nacional: Aviador Dro). Menos conocida, en cambio, es su faceta de divulgador de la novela gráfica y sus derivados y hasta de empresario (es el propietario de la cadena de tiendas de cómics Gene- ración X).
Desde el otro lado de la barrera se pronuncia el dibujante Mauro Entrialgo. Terciando, además: «Hace tiempo que Barcelona ya no es el centro indiscutible del cómic de la Península y que, por muchos motivos, otras ciudades le disputan el trono. Pese a todo, a Madrid le queda mucho para llegar al nivel de difusión, venta, lectores, respeto institucional y atención mediática que poseen allí los cómics. Quizás no les lleguemos ya sólo a los talones, pero todavía estamos, como mucho, por la rodilla», se aplica el padre artístico de Angel Sefija, también codirector y coguionista de una película tan comiquera y tan malasañera como Gente Pez (2001).
¿Y desde qué ángulos se representa a la Villa y Corte en unas y otras ventanas de papel? Carballar: «Tradicionalmente, la mayoría de los cómics urbanos, y cito por ejemplo a Ceesepe, deslizan una imagen del Madrid lumpen y de la droga. Eso ya se ha superado. Ahora la ciudad refleja una mayor complejidad y diversidad racial que en los 80». Entrialgo: «La mayoría de los autores que viven aquí no son muy dados al costumbrismo, con lo que retratan a la ciudad poco o de pasada. Los que sí lo hacemos -gran parte de la escudería del Cretino, por ejemplo, o yo mismo- reflejamos lo que vemos en la calle. O sea: ley seca, perros cagando por las calles, obras faraónicas, manis con banderas del aguilucho, ferias y congresos, plazas a las que les arrancan los árboles, aglomeraciones, atascos, franquicias, cultura mediática subvencionada, restaurantes y hoteles de diseño, ruido infernal... Pero también -y ésa es la verdadera característica definitoria de Madrid- sus habitantes: mucha gente distinta que viene a la ciudad de muchos lugares diferentes con todo tipo de motivaciones».
Postales con la fragancia exclusiva de los Austrias, misérrimas escenas de posguerra, escenarios que rebosan texturas propias del cine negro, vivencias en plena era del botellón, incluso nido de tramas terroristas... ¿Resulta fácil o más bien difícil traducir Madrid al lenguaje de la historieta? «A nivel gráfico Madrid inspira bastante. Vivimos en una ciudad vibrante, que duerme poco, de ambiente cultural y político, con escenarios que recuerdan a Sarajevo...», se adelanta Carballar. Remacha Entrialgo: «Madrid aporta toneladas de acontecimientos y escenarios para cualquier obra de ficción o documental en cualquier medio y el cómic no es una excepción. Hay historietas para todos los gustos».
www.generacionx.es
www.madridcomics.com
www.akiracomics.com
www.thecomicco.net
www.astrocitymadrid.com