Audi, una de las marcas de lujo del consorcio Volkswagen, cerró en 2006 una década de crecimientos récords consecutivos. Ahora se prepara para mantener la misma trayectoria en los próximos ocho ejercicios, ya sin contar con Seat en su grupo, al que la marca española dejo de pertenecer el pasado 1 de enero.
Según anunció el nuevo presidente de Audi, Rupert Stadler, la marca deberá incrementar sus ventas hasta un 62% en 2015 sobre las de 2006, hasta alcanzar 1,5 millones de vehículos en todo el mundo. Y, por supuesto, deberá seguir mejorando su rentabilidad. En la actualidad, el ratio de rentabilidad de la marca -beneficios netos sobre el volumen de ventas- se elevó hasta el 6,2% en 2006, frente al 4,9% en 2005, y deberá crecer al 8% en 2010.
La facturación de Audi en 2006 ascendió a 31.142 millones de euros, lo que supone un 17,1% más que el año anterior. El beneficio operativo creció un 43,2% por la reducción de costes hasta los 2.015 millones y el beneficio neto aumentó un 63% hasta los 1.343 millones de euros. Finalmente, las ventas por unidades aumentaron un 9,2% hasta las 905.200 unidades, a las que se suman 2.087 de Lamborghini, casi el doble que el año anterior.
Marca alemana
Para lograr estos objetivos, Audi seguirá ampliando su gama de modelos. Crecerá la oferta de los más caros mientras «se seguirán mejorando los procesos industriales pero sin aumentar el empleo a fin de asegurar los puestos de trabajo en Alemania», anunció Stadler. Éste insistió en el carácter alemán de la marca, aunque está enfocada a un mercado global. De hecho, la mayoría de la producción se realiza en las plantas alemanas de Ingolstadt y Neckarsulm. En Hungría se fabrican motores y el modelo TT, y en Eslovaquia, el Q7. Además, en China se ensamblan los modelos A6 con carrocería larga y el A4, que desde este año se montarán también en la India.
En lo que se refiere a nuevos modelos, en marzo de este año se empezará a vender el nuevo TT Roadster; en abril, el deportivo R8; y en junio, el A5 Coupé, que se presentará la semana que viene en el Salón de Ginebra. Para 2008 está previsto el Q5, un todocamino más pequeño que el actual Q7, y a finales de la década llegará un modelo pequeño y deportivo que previsiblemente se fabricará en la planta de Volkswagen en Bruselas.
Esta decisión descarta la posibilidad de fabricar modelos Audi en la factoría de Seat en Martorell, una alternativa de la que se habló hace unos años, cuando la marca española pertenecía a las marcas Audi. Además, Stadler explicó a EL MUNDO que las fábricas donde se produzcan modelos de los cuatro aros, deberán estar gestionadas directamente desde Ingolstadt, lo que da por zanjada la opción española.
En este sentido, Andreas Schleef, presidente de Seat hasta el pasado mes de septiembre y actualmente asesor de Audi, admitió que con el fabricante español se había perdido tiempo al intentar convertirla en una segunda marca de Audi, «como Mini en el caso de BMW. Ahora Seat deberá empezar de nuevo, aunque seguiremos colaborando con ella y tendrá el paraguas del consorcio VW». También explicó que el principal problema de Seat es el desconocimiento de la marca fuera de España y el no contar con productos adaptados a la demanda. Por otro lado, Schleef alertó a las dos plantas del consorcio en España de que la capacidad de producción instalada por el mismo en Europa es demasiado grande, lo que resta eficiencia y rentabilidad.