Jueves, 1 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6283.
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 OPINION
Editorial
11-M: DE LO VEROSIMIL A LO INCREIBLE

Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro dijeron ayer muchas cosas en el juicio del 11-M, pero no todas sus negaciones y afirmaciones tuvieron la misma verosimilitud. Trashorras concluyó su declaración ratificando que él jamás ha traficado con dinamita y que no ha vuelto a Mina Conchita desde que rescindió su relación laboral. Su versión es poco creíble porque ha sido condenado por tráfico de explosivos en la llamada Operación Pípol, porque hay tres testimonios -Zouhier, Lavandera y El Nayo- que corroboran esa actividad y porque así consta en el informe de marzo de 2003 de la UCO, en el que se relata que viajó con Toro a Madrid y Cádiz para vender dinamita. Trashorras reconoció ayer que Zouhier le preguntó dónde se podían conseguir explosivos.

Sí resultan mucho más verosímiles dos revelaciones que hizo. La primera es que el inspector Manuel García Rodríguez, Manolón, le llevó a finales de octubre de 2003 a una reunión en Oviedo «con agentes» de la Policía Nacional. En esa cita, asegura que informó de que El Chino y Zouhier pretendían comprar dinamita. Eso convierte en bastante absurdo que, tras haber hecho la denuncia, fuese él quien facilitó el explosivo. La segunda revelación es que, según afirma, un agente del CNI le indujo a declarar falsamente que había visto dinamita en el maletero del coche de El Chino a cambio de ser puesto en libertad, ser declarado testigo protegido y verse exonerado en la Operacion Pípol.

Aunque Toro puso en evidencia la mala relación con su ex cuñado, al que calificó de «desastre humano», su versión de los hechos fue coincidente. Negó haber traficado con dinamita y acusó a El Nayo de ser el dueño de los cartuchos confiscados en su almacén en 2001. Negó haber tenido tratos con El Chino, al que sólo conocía muy superficialmente, según su versión.

Su hermana, Carmen Toro, se presentó como una peluquera en paro, ajena a los negocios de su marido y de cáracter despistado. Puede que supiera más de lo que declaró ayer, pero desde luego es increíble que esta mujer fuera una persona clave en la trama de la dinamita, como señala la Guardia Civil en un informe.

Ni la fiscal Olga Sánchez ni las acusaciones lograron ayer desbaratar la versión exculpatoria de Trashorras y Toro, y mucho menos probar que participaron en el robo y suministro de explosivos al comando de Leganés. Ello confiere una importancia aún mayor a la prueba pericial sobre los explosivos, encargada por el tribunal. Si se demostrara que se trata de Goma 2 ECO sustraída de Mina Conchita, quedarían reforzadas las tesis del instructor y la Fiscalía sobre la trama asturiana.

Pero si ello no queda acreditado, será muy difícil condenar a Trashorras y Toro, sobre los que no han surgido todavía en este juicio indicios fehacientes que demuestren que vendieron la dinamita a El Chino.

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