JAVIER BLANQUEZ
Escenario: Espacio Movistar. / Fecha: 28 de febrero
Calificación: **
BARCELONA.- Ahora, a cualquier chica joven y mona con buena voz le cuelgan la etiqueta de «futuro del soul. Desde hace años el mundo del pop ha visto desfilar a una lista de aspirantes al trono que, con buenas aptitudes pero poco tiempo para desarrollarlas, han pasado de ser princesas posibles a recuerdos borrosos del pasado: y si no, que se lo pregunten a Macy Grey. O dentro de un tiempo a Joss Stone. Y al paso en que van las cosas, que se lo digan también a Corinne Bailey Rae en un par de álbumes. A la más reciente sensación del soul urbano inglés, por lo escuchado en disco (el homónimo Corinne Bailey Rae) y en directo, hay que cogerla, de momento, con pinzas.
Es innegable que tiene buena garganta. Es lo mínimo: sin una voz tersa y cristalina lo mejor es no dedicarse al soul. Cuando se tiene cualquier cosa es posible, como aspirar a llevarse por delante a Aretha Franklyn o Dionne Warwick: la prensa inglesa ha exagerado las virtudes de Corinne hasta el ridículo, y a la pobre le han montado una situación en la que cualquier movimiento que haga no puede por menos que ser decepcionante. No, ella no es la nueva generación. Canta bien, pero se adapta a un repertorio acaramelado, lineal. Tiene horchata en las venas.
Optar por la vía melosa no es reprochable; el mejor soul siempre ha sido así, tierno y pasional, pero las mejores intérpretes han transmitido esa ternura con una fuerza arrolladora. Corinne, en cambio, se queda en la superficie del sentimiento, lo presenta de forma aséptica, sin echar el resto. En el primer tramo del concierto, incluso, se atrevió con una versión de Jimi Hendrix, Long hot summer nigh»: «He oído que os gusta rockear», dijo.Y en vez de rockear pisó con poca convicción y nada de rabia y entregó otra versión higiénica, sin sobresaltos, educada.
Si quisiera, podría deshacerse de su imagen de niña buena y transformarse en pantera. Sabría encontrar un registro, una vuelta de tuerca que permitiera la metamorfosis. Pero de momento no deja de ser una intérprete aburrida. El futuro del soul existe, pero estará en otra parte.
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