Aquella tragedia no fue accidental, sino planeada y premeditada. Fue un tal Enrico Carella, un electricista de 37 años, dueño, junto a otro socio, de una pequeña empresa de reformas, quien prendió fuego al histórico teatro veneciano donde, por ejemplo, Verdi estrenó La Traviata entre los sonoros abucheos del público.

Carella estaba realizando unos trabajos para el Teatro de la Fenice y, como no había cumplido con los plazos de entrega que se había comprometido a respetar, iba a ser penalizado económicamente. Por aquel entonces, su empresa estaba al borde de la ruina, y una multa podía resultar fatal.

Así que, para evitar la sanción, a Enrico Carella se le ocurrió una idea genial: decidió prender fuego al teatro, pensando que así nadie le podría acusar de no haber terminado su trabajo a tiempo y lograría esquivar la temida multa. La Fenice, un teatro construido en 1790 bajo la supervisión de Antonio Solari, quedó reducido así a un montón de cenizas.

Pero, para hacer aún más sangrante la tragedia, Carella no pagó ningún precio por cometer semejante aberración. Cuando, en julio de 2003, la justicia italiana le condenó a siete años de cárcel como autor material del incendio, la pena no pudo ser aplicada. Hacía ya tiempo que el electricista había puesto pies en polvorosa para evitar la cárcel.

Muy integrado

Sin embargo, después de casi cuatro años huido y burlando a la Justicia, las autoridades italianas han dado por fin con él. Enrico Carella fue detenido ayer en México, concretamente en una zona entre Yucatán y Chiapas. Una operación protagonizada por la Policía de Venecia y realizada con la colaboración de Interpol ponía fin a una de las más dolorosas evasiones de italianos. «Empleando diversos nombres falsos, Carella había logrado integrarse en la sociedad y llevaba una vida normal. Es eso lo que ha hecho tan difícil su captura», aseguró ayer en rueda de prensa Giovanni De Stavola, subdirector de la Policía de Venecia.

El electricista se encuentra ahora encerrado en la cárcel Oriente de México DF, a la espera de que Italia y México firmen su extradición al país transalpino. Si todo sale según los plazos previstos, Carella podría estar de vuelta en Italia dentro de 30 o 40 días. Pero eso no significa que vaya a cumplir la pena a la que fue sentenciado.

«Por desgracia, es muy probable que Carella vaya a estar poco tiempo en prisión: debe cumplir seis años y tres meses, pero obtendrá tres años de condonación, como todos lo condenados sin antecedentes penales. Y, además, no tendrá que esperar mucho para poder pedir que le sea sustituida la cárcel por medidas alternativas», admitió ayer Ennio Fortuna, el fiscal general de Venecia. «Pero lo importante es que, finalmente, ha sido detenido», se consoló.