JOSÉ LUIS GONZALEZ
El equipo español se presenta en Birmingham con un equipo amplio y con altas expectativas, aunque pocas variaciones. Entre los hombres, las esperanzas residen fundamentalmente en el mediofondo corto y largo, con el añadido del vallista Jackson Quiñónez, ecuatoriano nacionalizado español, firme candidato a conseguir una medalla en su estreno internacional bajo la su bandera de adopción.
Las mujeres continúan progresando de un forma notable. Tanto es así que, el año pasado en el Mundial de Moscu, las medallas de Glory Alozie y Ruth Beitia confirmaron el crecimiento en el sector. En el caso de la cántabra, después de su récord de altura en Atenas (2,01) se confirma junto a la rusa Veneva y la croata Vlasic como candidata al título. Otra mujer, Concha Montaner, se quedó a las puertas de una medalla. En el Europeo tiene opciones. También en féminas, la vasca Naroa Aguirre lleva una temporada rompiendo barreras en una especialidad nada fácil. Las mejores del ranking son europeas, lo que complica sus posibilidades.
Pero también las chicas tienen posibilidades en el banco de medallas que es el mediofondo español. Mayte Martínez debería ser una firme candidata a figurar en el medallero. Ha compaginado este año el 800 y el 1.500. Ha elegido la prueba larga en el Europeo bajo techo. Su inexperiencia en esta prueba la suple con mucho talento y dependiendo del ritmo de la final podrá postularse para medalla. La polaca Chojecka es la favorita. Y, finalmente, aparece Marta Domínguez (3.000). La palentina se ha prodigado poco, pero en su única competición, en Valencia, tuvo éxito. Fue campeona de Europa en Viena y ahora está trabajando el fondo largo, su futuro inminente, pero con su calidad y competitividad pretende lo máximo. Sus rivales: Joe Pavey y Chojecka, si no disputa el 1.500.
De vuelta a los hombres y al medio fondo, ahí recolectaremos la mitad de las medallas españolas, desde el 800 al 3.000. El triunvirato formado por Higuero, Casado y Gallardo está muy por encima del resto de europeos. Bien por su fortaleza o bien por la debilidad del 1.500 continental, bajo mínímos en ausencia del francés Baala y, sobre todo, del ucraniano Hesko. El triplete no debería extrañar, con Higuero como favorito, por su progresión y su fiabilidad de la pasada campaña.
La prueba larga, el 3.000, será una de las más atractivas del fin de semana. Se medirán dos campeones, el irlandés Cragg, vencedor en Madrid 2005, el Europeo precedente, y Jesús España, oro europeo el último verano, ausente Cragg por lesión. El francés Thari y el británico Farah no se limitarán a ser testigos en una distancia que siempre acogió a nombres ilustres.
Otra prueba reñida será el 800. Es una carrera afín y la historia ha premiado a España con medallas importantes. Quesada, Olmedo y Marco ofrecen, por este orden, la lucha, el talento y la juventud en una competencia abierta, dominada en el ranking por los holandeses Som y Oke.
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