RAMON SANMARTIN
SAN SEBASTIAN.-
El etarra Ignacio de Juana Chaos entró ayer por su propio pie en el Hospital Donostia. Después de pasar 115 días en huelga de hambre, el reo fue sorprendentemente capaz de caminar los metros que separaban la entrada de Urgencias del lugar donde estacionó la ambulancia en la que fue trasladado.
No sólo tuvo fuerzas para llegar hasta la camilla sino que, una vez alcanzada la cuarta planta del centro hospitalario, se bajó de ésta y entró igualmente andando en la habitación donde va a permanecer ingresado.
Fuera de la clínica, la llegada de De Juana no estuvo exenta de incidentes, puesto que dos centenares de simpatizantes de la izquierda 'abertzale' le ofrecieron su particular bienvenida. En cuanto la ambulancia que lo transportaba hizo acto de presencia en la zona, un grupo de incontrolados se abalanzó sobre el vehículo y golpeó repetidamente los laterales. La avalancha obligó a los 'ertzainas' que lo custodiaban a salir de sus vehículos para tratar de dispersarlos, al principio, infructuosamente.
La sucesión de carreras frenéticas de unos y otros sembró el caos en las calles que rodean el recinto hospitalario donostiarra, cuyos residentes observaron atónitos desde sus ventanas cuando acontecía a su alrededor. No obstante, los dos cordones policiales emplazados a la entrada de Urgencias impidieron que nadie pudiera entorpecer el acceso del reo al hospital, lo que supuso el fin de los incidentes sin que se llevara a cabo ninguna detención.
El traslado de De Juana al Hospital Donostia había generado una tremenda expectación. El Movimiento Pro Amnistia convocó varios recibimientos al etarra durante el itinerario que suponían iba a realizar, y la clínica donostiarra fue la ubicación escogida para celebrar el último acto.
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