Los hechos se iniciaron con el atraco de una joyería situada en la Vía Roma de la localidad tarraconense. Los atracadores -posiblemente dos personas de origen no español, según los definieron los testigos que presenciaron los hechos-, no sólo se conformaron con saquear el establecimiento, también intentaron secuestrar a los dependientes del local, obligándoles a empujones a salir a la calle.

Una vez fuera, uno de los dependientes de la joyería trató de escapar del acoso de los atracadores, lo que motivó que estos lo persiguieran y se formara un caótico tumulto en plena calle de esta turística ciudad.

Fueron momentos de verdadero desconcierto. De hecho las personas que paseaban frente al local asistieron a los hechos con cierta incredulidad. Casualmente, cerca del lugar, había una veintena de agentes del Instituto Armado vestidos de paisano. En un principio, todo apunta a que eran miembros de la Brigada Judicial y que, posiblemente, se encontraban realizando un seguimiento.

En ese momento de caos fue cuando se oyeron los disparos, según algunos testigos. Se produjo una enorme reyerta en la que se emplearon armas blancas. Todo ello sucedió en la Vía Augusta, a pocos metros de donde se había producido el robo.

Un atracador herido

El encontronazo se saldó con un guardia muerto y uno de los atracadores herido a la altura del pulmón. El guardia recibió un tiro en el pecho y los equipos sanitarios trataron de reanimarlo, sin éxito, durante 25 minutos.

Según relataron fuentes de la Guardia Civil de Salou, el agente, apellidado Muñoz, pudo fallecer por un disparo realizado por su propia arma reglamentaria, quizá como resultado del forcejeo.

La familia del guardia civil tuvo que recibir asistencia psicológica tras conocer el fatal encontronazo con los delincuentes.

El atracador herido fue trasladado a un centro sanitario de la provincia de Tarragona, según indicaron las mismas fuentes, y su pronóstico es grave.