¿Sabían qué es un ice-bar? Absténgase de traducciones literales, que si algo saben hacer los anglosajones es explicar mucho en pocas palabras. Significa coctelería, y la que se inauguró la noche del jueves se llama Lika Lounge. Los propietarios son Anzheliqua y Miles Zalkin, ucraniana ella y de Miami él, explosiva combinación ya que hablamos de ellos, de combinados. Vi un local agradable, con correctísima decoración -no perderse la obra gráfica de Evan de Val- y milagrosamente bien iluminado de acuerdo a los cánones de esas horas intermedias y otras -las postraumáticas- en las que un coktaîl te transporta a los brazos del placer.
La inauguración, en manos de una incombustible Patricia Saurí, reunió de nuevo a la BCN más canallastyle. En la entrada me encontré con Pep Munné, que no es de los que se prodiga más allá de la hora de Los Lunnis, feliz con su nueva experiencia como padre y con su serie de TV; le acompañaba Marta Vives, que sin haber nadado nunca en aguas literarias lanza estos días, con sello de Mondadori, su Diario de una mujer embarazada en un nuevo formato de novela-cómic, previsiblemente el primero de una serie que promete divertirnos. A Alejo Martínez Bordíu y Patricia Carulla -esta chica tiene que ser también guapa por dentro, se le nota- habría que pagarles un plus por famosos en BCN. Se lo dije, cuestión a lo que Alejo me comentó: «¿plus?, pero si nunca he cobrado por asistir a un acto. Ni se me ocurriría». Se le aplaude hasta donde duelen las palmas, porque lo que se inventó Voltaire para rentabilizar su ingenio -lo de cobrar por divertirse y divertir- a muchos y muchas tendría que darles pudor imitarlo (hay que disculparles porque creen que el pudor es otra cosa).
De segmentos varios vimos a Rafael del Castillo, Carlos Piñero, Esteban Miró, Mercé Vergés, Jorge Aragón, Rosa Cañadas, Carlos Tusquets, Ana Roura, Manel Batlló, César Baspino, Gonzalo Ros y Cristina Marcilla. Fiesta genial y falta a los famosos que confirmaron sin asistir, que se quedan sin premio por perezosos.Entre ellos, Ricardito Bofill, del que me ahorro la negrita por «ausentismo».
«Mientras, en otro extremo de la ciudad », como dirían en la entronizada Sex'n the city, se presentaba un nuevo utilitario Toyota de onda urbana. Judith Mascó, esa mujer que toda madre catalana querría como nuera, amadrinó la cuestión.
En el orden gastronómico nos han citado a comer en Loidi, con carta diseñada por Martín Berasategui, y a cenar en Gaig, con firma de Carles Gaig. El primero es el restaurante de diario (se incluyen paseantes) del Hotel Condes de Barcelona y como alternativa a Lasarte, de atmósfera más privada. Buen menú y precio más que asumible con propuestas de producto del bien comprado.La invitación de Gaig fue a propósito del Skrei que, lejos de significar la cuarta entrega del ogro más tierno de la «cuentología» animada, es como se llama el que parece ser el mejor bacalao del mundo. La iniciativa fue del Consejo de Productos del Mar de Noruega, país en el que saben mucho del bacalao.
Y un icono solidario de tres letras, MIN, anunció en el Hotel Prestige su cercana gala para recaudar fondos, esta vez para Fundación Teodora, la de los «doctores sonrisa». El caso es poner al prójimo de buen rollo. ¡Buena cosa ésta!
COMBINADOS DE BUEN GUSTO. Arriba, a la izquierda, Rosa Cañadas y Carlos Tusquets. A la derecha el actor Pep Munné con Marta Vives. En la foto superior, César Baspino, gestor de restauración del Hotel Neri, Cristina Marcilla y Franco, del restaurante Tramontti.Todos ellos invitados al nuevo ice-bar.
INAUGURACION DE LIKA LOUNGE. En la imagen superior los propietarios de la nueva coctelería, el matrimonio formado por Miles y Anzheliqua Zalkin, él procedente de Miami y ella de Ucrania.
Debajo, Alejo Martínez Bordíu y Patricia Carulla, pareja siempre dispuesta a apoyar iniciativas sin mediar más que el placer.
UN COCHE DE TAMAÑO ASUMIBLE. Judith Mascó amadrinó el nuevo utilitario deportivo de Toyota, y el icono solidario MIN, bajo el que se agrupan marcas en favor de diversas ONG, anunció la inminente gala en BCN para recaudar fondos destinados a la Fundación Teodora.Paresentaron Joaquím Verdú y Mireia Canalda (foto superior).
