El Espanyol busca su punto de inflexión. Se dice muchas veces y suena a tópico, pero ni que sea por una vez es verdad. Si los blanquiazules son capaces de superar al Villarreal, verán la zona UEFA como nunca antes la han visto en casi dos años y se olvidarán para siempre de sufrir por la permanencia.Por eso, Ernesto Valverde ha variado su discurso: el objetivo, ahora, es Europa. «Este partido nos motiva mucho, porque una victoria nos colocaría cerca a los puestos que dan acceso a la UEFA. Si ganamos, nos ponemos con 38 puntos, los mismos que tenía el equipo en la penúltima jornada de la temporada pasada», afirmó ayer.
Dos datos son al mismo tiempo ilusionantes y sobrecogedores.El primero es la comparativa que hizo Valverde entre los puntos del año pasado y éste; el segundo es el que apunta que la última racha de cuatro victorias consecutivas del Espanyol en Liga -ahora lleva tres- se remonta a la temporada 1998-99.
Programados desde hace tanto tiempo para decir, pase lo que pase, que hay que pensar en la salvación, los jugadores todavía no aplican la filosofía optimista de su entrenador. El ejemplo es Luis García. «Nuestro primer objetivo esta temporada es lograr los 42 ó 43 puntos que garantizan la salvación. A partir de ese momento ya podremos marcarnos metas y objetivos más ambiciosos», dijo ayer. No obstante, para que no se diga que le falta ambición, el delantero añadió que «en el vestuario no existe la palabra conformismo», y que el equipo «aspira a luchar por algo más importante esta temporada» porque está «capacitado» para ello. Al mismo tiempo, consideró al Villarreal un «rival directo» para hacerse con una butaca en el exclusivo club de los ocho primeros.
Sin defensa. Lo que más preocupa a Valverde no es el Villarreal, un conjunto repleto de calidad pero que está completando una temporada mediocre. Es su propio equipo el que le quita el sueño.En concreto, la defensa. Jarque y Chica están sancionados, mientras Velasco y Zabaleta son baja por lesión. Eso obligará al técnico a improvisar una zaga inaudita. Lo más probable es que Lacruz juegue por la derecha -tiene amplia experiencia en esa posición en el Athletic-, Torrejón y Moisés Hurtado ocupen el centro de la zaga -el de Badía ha estado ensayando en el eje defensivo esta semana- y David García juegue por el carril izquierdo.
Otra alternativa es que Valverde dé entrada en el once a Albert Serrán, un fornido central -el enésimo- salido de la cantera blanquiazul. O también a Angel, otro joven del filial que podría adueñarse del lateral. Otra baja, ésta por decisión técnica, es De la Peña, que necesita coger ritmo antes de volver.
El alivio para el Espanyol es que el ariete Matías Fernández seguramente se quede en el banquillo para «dosificar» su esfuerzo, según anunció Pellegrini. El panorama del Villarreal tampoco es muy alentador. Cuenta con siete lesionados.
Espanyol: Kameni; Lacruz, Torrejón, Moisés, David García; Costa, Jonatas, Coro, Moha; Luis García y Tamudo.
Villarreal: Barboza; Javi Venta, Fuentes, Cygan, José Enrique; Somoza, Josico, Cani, Marcos; Forlán y Tomasson.
Arbitro: Delgado Ferreiro.
O. Lluis Companys: 17.00 h. (PPV).