-. -
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Nueva economia
Crónica
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
-
 CRONICA
AZUL&ROSA
MI SEMANA
Jaime Peñafiel

El secreto de la reina

Publicidad
El bolso de la reina Isabel II de Inglaterra, de tan espectacular actualidad ella, por el Oscar que ha conseguido, en esta 79 edición de la famosa estatuilla, siempre ha aparecido como una parte de la armonía cósmica de su cuerpo. El bolso puede considerarse como un miembro más de esa real figura. Como la Corona, cuando preside la apertura del Parlamento. Cierto es que no es el bolso lo que importa sino el ojo que lo mira. Y si el ojo se posa sobre la Soberana, el bolso siempre se encontrará en ella como parte de la verdad de su persona. Porque no es el bolso el que está adherido a su cuerpo sino que él es el que contiene su imagen real. El bolso de la Reina siempre ha sido un «secreto de Estado», como reconoció a mi compañera Karmentxu Marín el embajador del Reino Unido, Peter Torry, cuando le preguntó sobre su contenido.Lo que puede contener ese bolso, de la firma Rayne, que aparece siempre colgado de su brazo derecho, incluso cuando está en palacio, es objeto permanente de la curiosidad de todo el mundo. Su biógrafo, Bertrand Meyer, cuenta que un invitado a una recepción en Buckingham se pasó todo el tiempo intentando conocer ese secreto. En un momento dado, en el que la Soberana abrió el bolso para sacar un pañuelo, «descubrió con estupor que en el interior no había nada más que galletas para... sus perros».

El lenguaje del bolso

Helen Mirren, la gran actriz que le ha encarnado en la película por la que ha obtenido el famoso galardón, tiene otra versión diferente sobre el tema. Según ella, un arzobispo es el depositario de uno de los secretos mejor guardados de Su Graciosa Majestad.No precisamente por confesión. Simple y sencillamente que, estando con él, se le abrió el bolso y todo el contenido cayó al suelo.Su Reverendísima se agachó para recogerlo, descubriendo lo que había: dos lápices de labios, una polvera, un lapicero Parker y unas gafas graduadas. Más o menos como el bolso de cualquier mujer. Los bolsos no sólo los utiliza la Reina para guardar las galletas que gusta ofrecer a sus siete colgies sino también para comunicarse con su secretario y con el jefe de protocolo durante las audiencias y recepciones. Cuando quiere librarse de algún invitado cuya conversación le está cansando, no tiene más que cambiar el bolso de brazo para que sus colaboradores le liberen del pesado de turno.

Una reina de medidas generosas

La pasada semana, en esta columna y a propósito de las actrices nominadas para el Oscar, nos referíamos a dos detalles íntimos, revelados por Penélope Cruz y Helen Mirren: los culos, los culos que lucen en las películas Volver, de la española y The Queen de la inglesa que, como recordábamos, son de atrezo, falsos, postizos. En lo referente a la película sobre Isabel II, el director Stephan Frears había advertido ¡voyeur él! que el de la Soberana era más grande, más generoso. A propósito del culo real, hemos conseguido lo que si que puede ser considerado como un secreto de Estado auténtico: las medidas de la Soberana. Mientras todo el mundo conoce las medidas de reyes y jefes de Estado varones, nunca se han hecho públicas las de reinas, bien guardadas por los modistos porque forman parte del secreto profesional. Gracias al secretario privado de la reina Isabel, que las facilitó cuando, recientemente, se decidió actualizar la figura de la Soberana para el establecimiento de Madame Tussaud, en el Museo Grevin, de Londres, se han conocido sus medidas, hasta ahora sólo en posesión de sus modistos, Norman Hartnell y Hardy Amies.

Su estatura es más bien baja, sólo alcanza 1,62 m. Por el contrario, es generosa de busto, ya que la medida de su pecho es de 91 cm.Observando la de sus caderas, comprendemos que el director tuviera que recurrir a un culo falso, ya que las medidas del trasero de Helen eran sólo de 82 frente a los 98 de Su Graciosa Majestad, un solemne y real culo.

Un juez de película

Confieso estar dedicando algunas horas a seguir por televisión la retransmisión del juicio del 11-M que me ha enganchado como la más apasionante serie. No porque me interesen las mentiras y explicaciones encanalladas de los presuntos asesinos, que me ofenden, sino la actuación estelar del Presidente del Tribunal, el magistrado Javier Gómez Bermúdez, un juez de película que me tiene fascinado. Su autoritarismo, siempre admirable, me ha recordado a José Núñez de Alarcón, otro gran magistrado, que fue de la Audiencia de Granada, quien, al igual que Gómez Bermúdez, no dejaba pasar una ni a los procesados ni tampoco a los abogados.Llegó a convertirse en el terror de éstos porque no les permitía la menor argucia, añagaza o componenda para la defensa. Fue tal su autoridad, magistratura y firmeza que logró que los letrados se abstuvieran de ese socorrido recurso, que nunca aceptó, de «locura transitoria», utilizada para exculpar, exentar o atenuar las condenas de los asesinos y lo hizo con una frase, terrible ella, pero enormemente disuasoria, pidiendo: «Para que escarmienten los locos transitorios, garrote vil». Aquel gran magistrado fue mi abuelo. Afortunadamente, ya no existe la pena de muerte, pero hoy, de vivir, sería lo más parecido al magistrado Gómez Bermúdez, quien me lo recuerda.

CHSSSSS... El impresentable trío de las amarguras debía de constituirse en grupo musical con vistas a las galas artísticas del verano.Sólo les falta el representante, que podría ser el mismo que tuvo la feliz idea de contratar a tales individuas. ... ¿Será reelegido el alcalde después de haber malgastado más de un millón de euros de dinero público para subvencionar a una panda de impresentables que no sólo atentaron al buen gusto sino a la dignidad de un pueblo? ... Qué triste pasar de representante de la más grande a hacerlo de la más vulgar y soez de España. ¡Si ella levantara la cabeza! ... No es de recibo que para construir una piscinita en un edificio del Patrimonio, se cargaran un precioso rincón florentino del jardín. Fue un capricho de la señora, pero ¿quién fue el irresponsable que lo permitió? ... Todos los que peinamos canas, aunque no se note, somos un poco Víctor Manuel. Ahí están las hemerotecas, conciencia viva del hombre del siglo XXI. ¡No seamos hipócritas!

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad