El proyecto de ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte se encuentra actualmente en la Comisión de Educación y Ciencia del Congreso, una vez que fue aprobada por el Consejo de Ministros. El plazo de enmiendas termina el martes, y entonces será remitido al Senado. La idea del Ejecutivo es que la ley sea aprobada antes del verano. Pero, para eso, deberá sortear las trabas que se está encontrando en el camino parlamentario. La tramitación del texto, informa Europa Press, no ha avanzado mucho por un conflicto de competencias, que mantiene al Ejecutivo enfrentado con CIU y ERC.

En el primer trámite -el debate a la totalidad-, las dos formaciones catalanas pidieron la devolución del texto al Gobierno porque entendían que alguno de sus puntos afectaba a las competencias de la Generalitat, una queja que también dijo compartir el PNV.Ese enfrentamiento ha ido posponiendo el plazo de presentación de enmiendas una y otra vez y, por tanto, posponiendo el último intento para frenar la violencia en el fútbol.

Un intento que señala, como prioridad, a los hinchas radicales. «Se trata, en la medida de lo posible, de que afloren, que se les vea», dice el secretario de Estado. Los clubes tendrán responsabilidad sobre ellos no sólo dentro del estadio, sino también en los aledaños y en el traslado hasta los campos. Por ejemplo, con la legislación vigente, el Atlético de Madrid no tiene ninguna responsabilidad en los incidentes previos al derbi del pasado sábado, cuando los ultras del Frente destrozaron varios coches y se enfrentaron con la Policía. Con la nueva ley, el Atlético sí será responsable, y pagará por esos actos.

Una medida importada de Inglaterra. De Portugal ha llegado otra de las ideas con las que el Gobierno ha redactado el texto. En el país vecino todas las declaraciones de directivos, entrenadores o jugadores son miradas con lupa. Y a partir del verano, en España también. El clima de tensión generado por José León, presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, dueño del club, y José María del Nido fue, como reconoció Juande Ramos, un caldo de cultivo ideal para energúmenos.

Una tipología, los energúmenos, que se viene manifestando con peligrosa frecuencia. Un dato: en lo que va de Liga, el campo del Betis ha sido multado en siete ocasiones. En los partidos contra el Real Madrid, Deportivo, Espanyol, Atlético, Barcelona, Valencia y Sevilla, Competición ha ido castigando al club verdiblanco, en casi todas las ocasiones por lanzamiento de botellas, petardos y rollos de papel.