La presentación por parte de la izquierda abertzale de su «propuesta para un marco democrático» se convirtió en un acto reivindicativo del papel que debe desempeñar la Comunidad Foral de Navarra.«Sin Navarra no queremos nada, nada», recalcó Otegi, quien rechazó las acusaciones de pretender «anexionar» o «integrar» esta Comunidad en el País Vasco. La izquierda radical, según dijo, considera que «Navarra no se tiene que integrar en ningún sitio. Navarra no tiene que ir a ningún sitio. Navarra es el pilar, la columna que vertebra el proyecto de Euskal Herria».

El portavoz de Batasuna recordó al Gobierno español la propuesta de una autonomía «entre el País Vasco y Navarra, dentro del Estado español», y al Gobierno francés otra «autonomía» para las tres provincias vascofrancesas, cuya puesta en marcha sería el inicio del camino hacia la independencia. «La primera estación desde donde, sin duda, algún día, más temprano que tarde, partirá el tren de la independencia. Ese día en el que ese tren se ponga en marcha, para construir un Estado desde la izquierda, necesita de un primer eslabón, necesita construir la primera maquinaria; y esa primera estación no es ni más ni menos que el marco democrático que estamos planteando», indicó, entre la alegría de sus seguidores.

El líder de la ilegal Batasuna, a la que no hubo alusiones orales ni visuales en el escenario, recurrió a una vieja reclamación de Telesforo Monzón para hablar de la reconstrucción del «jarrón roto». «Preferimos una autonomía de cuatro territorios, aunque sea para comprar garbanzos, que una autonomía de tres territorios envuelta en celofán de más competencias. Reconstruir el jarrón es la primera garantía de cualquier proyecto nacional independentista», afirmó.

Otegi exigió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que actúe «con responsabilidad política y ambición histórica» para negociar su propuesta de autonomía. La reunificación de Navarra con Alava, Guipúzcoa y Vizcaya se realizaría, según dijo, «en términos jurídicos como una autonomía», eso sí, «teniendo en cuenta la identidad histórica y el carácter de Navarra este territorio tendría un estatus propio»

Para su entrada en vigor, defendió «la aprobación mayoritaria de la ciudadanía», tanto de la Comunidad vasca como de la navarra.

También respondió a unas declaraciones de Zapatero en Vitoria, donde habló del miedo de los abertzales a la palabra. «La izquierda abertzale no le tiene ningún miedo a la palabra del pueblo vasco, le tienen miedo quienes utilizan la Constitución, las audiencias nacionales, la Justicia para negar nuestros derechos», indicó.

La presentación ante un público entregado de la denominada «propuesta para un marco democrático» no incluyó ninguna novedad. Desde la izquierda independentista se organizó el acto de ayer como una continuación del celebrado en noviembre de 2004 en el velódromo donostiarra de Anoeta, donde se planteó el procedimiento para encauzar el llamado proceso de paz mediante la constitución de dos mesas.

Otegi quiso reforzar ayer la idea de que un nuevo tiempo se avecina para Batasuna, enviando un mensaje de unidad a su militancia frente a la teoría de que existen dos corrientes en la izquierda abertzale, la que él controla y una más dura.

Su discurso estuvo precedido de una encendida alocución de Pernando Barrena, quien dijo que la izquierda abertzale «tiene que estar en las elecciones» de mayo, para lo que exigió a Zapatero «la derogación de la Ley de Partidos». Añadió que el presidente navarro, Miguel Sanz, «tiene razones para estar preocupado, porque volveremos al Parlamento y a los ayuntamientos», y mostró su satisfacción por la decisión sobre De Juana.