Casi un 58% de la población - un 57,9% exactamente- cree que el Ejecutivo ha claudicado ante la banda terrorista, y de esa misma opinión es el 40% de los votantes socialistas.

Los ciudadanos, además no creen al Ejecutivo: piensan que está negociando y que la decisión sobre este asesino es parte de un pacto más amplio.

Ésas son algunas de las conclusiones que se desprenden de la encuesta de urgencia realizada por Sigma-2 para el diario EL MUNDO el 1 de marzo, en las horas inmediatamente posteriores, por tanto, a que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciase que el Ejecutivo había decidido aplicarle al recluso un régimen penitenciario «atenuado», que lo trasladase al hospital Donostia y que el propio etarra abandonase su huelga de hambre una vez conseguido su objetivo.

Casi un 63% de los encuestados, en concreto un 62,9%, respondió de manera tajante que le parecía mal o muy mal que el Gobierno hubiese adoptado la determinación de excarcelar al terrorista.

Normalmente, cuando se acumulan los porcentajes negativos o positivos de los interpelados para simplificar el análisis de las encuestas, las respuestas más numerosas corresponden a las posturas moderadas.Pero en este caso no es así: en la suma de quienes consideran que el Gobierno lo ha hecho mal o muy mal, el porcentaje mayor viene engrosado por quienes sustentan la posición más rotunda.Es decir, de ese 62,9% de los encuestados cuya consideración es negativa, hasta un 44,1% tacha de muy mala la decisión mientras un 18,8% la considera mala.

Si se realiza un desglose por partidos, los entrevistados que aseguran haber votado al PP son los que de manera arrolladora -en un 87% de los casos- desaprueba la excarcelación de De Juana Chaos, pero no son pocos los votantes socialistas que mantienen esta misma tesis. Hasta un 47,7% de los simpatizantes del PSOE critica la opción tomada por el Ejecutivo, mientras que un 28,2% de los votantes de IU se pronuncia en este mismo sentido. Tampoco es baladí ese número superior al 21% de socialistas -el más alto de todos- que, con dudas para decantarse, considera regular la salida dada al pulso planteado por el etarra.

Sólo un poco más del 20% de los entrevistados piensa que el Gobierno ha actuado bien o muy bien, y son los votantes de IU quienes más respaldan esa opinión, con un 38,5%.

Pero el resultado más significativo es, efectivamente, el relativo a si el Gobierno ha cedido al chantaje de ETA y del preso en cuestión. Y casi un 58% -un 57,9- de los preguntados considera que se ha claudicado.

No hizo falta que los portavoces de la ilegalizada Askatasuna le perdonasen la vida al presidente asegurando que no iban a alardear de su victoria para no crearle más problemas ni para favorecer a la extrema derecha. Y tampoco influyó la postura triunfalista de Arnaldo Otegi y el resto de los representantes de Batasuna escenificada con sus visitas por parejas al presunto enfermo terminal. La encuesta fue elaborada en las horas previas o simultáneamente a estos hechos, y un alto porcentaje de los encuestados dedujo que el Gobierno había sido chantajeado.

Del 60% de los preguntados, prácticamente un 40% de los socialistas está en esa convicción independientemente de que la solución le parezca un mal menor o una catástrofe; un 88,5% de los populares la suscribe, también un 44% de los votantes de IU y, de manera sobresaliente, casi un 60% de los pertenecientes a otras sensibilidades políticas. Respecto a las franjas de edad, los más jóvenes son los más convencidos del sometimiento a la voluntad de ETA, y los mayores de 65 años, con una diferencia de 15 puntos respecto a los primeros, son los menos seguros de ello, aunque el porcentaje sea altísimo en cualquier caso, al aproximarse al 50%.

Coste político seguro

Un 30% de los encuestados sostiene, por el contrario, que el Gobierno no ha cedido a ningún chantaje. Tampoco son pocos los socialistas y los votantes de IU que defienden al Ejecutivo en este punto. De los primeros lo hace casi el 50%, y de los segundos, casi el 53%. De hecho, es el gran porcentaje corrector de los simpatizantes del PP el que hace que sea tan reducido el balón de oxígeno dado al Gobierno.

En definitiva, el Ejecutivo ha de tener claro que un 50% de los suyos piensa que no ha mordido el polvo, pero otro 40% sostiene que sí.

Dentro de las cifras bien definidas está la convicción de que la excarcelación de un terrorista con 25 asesinatos a sus espaldas -aunque la condena que está cumpliendo en estos momentos sea por un delito de amenazas-, en las condiciones en las que se ha producido va a pasarle factura al Gobierno. Probablemente sea el punto en el que hay menos discrepancias entre los encuestados, sea cual sea su edad o su adscripción ideológica.

Las diferencias entre partidos vuelven a ser abismales cuando el asunto planteado es la existencia de una negociación con ETA o, en concreto, la constatación de que el desenlace del caso De Juana, forma parte de un pacto más general de contraprestaciones con la banda.

Más de un 40% piensa que sí, mientras un 36% sostiene que no.Los votantes socialistas, incluso aquéllos que consideran que el Gobierno se ha doblegado ante el chantaje, se resisten a admitir la existencia de una negociación en estos momentos. Casi un 56% se cree a su partido y a su Gobierno, en definitiva, que, tras el atentado de Barajas, aseguraron que no hay nada con ETA. Un 25% de los encuestados socialistas desconfía de esa afirmación.Y son los populares, en un porcentaje de un 73%, e incluso casi un 50% de los simpatizantes de IU, los que dan por hecho que el Gobierno mantiene la vía abierta con la banda y que las negativas desde Moncloa son falsas.

Los encuestados no se acaban de creer que lo de De Juana Chaos fuera una huelga de hambre en toda regla. Pero si en este punto se fían relativamente poco, de lo que desconfían abiertamente es de la versión del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, según la cual el terrorista se encontraba en una situación de riesgo inminente de morir que justificaba su excarcelación: sólo un 29 % piensa que eso es así, pero un alto porcentaje, cercano al 60%, considera que no. Y, entre éstos, hay un significativo 47,4% de votantes socialistas que no creen al ministro, siete puntos más de los que creen que dijo la verdad. Más de un 74% de los 'populares' no se creyó las afirmaciones de Pérez Rubalcaba.

Otra de las convicciones palmarias de los encuestados es la de que este etarra ha disfrutado de privilegios con los que ningún otro preso ha contado. De hecho, casi un 70% piensa que este asesino ha sido favorecido. Y, entre los socialistas, el porcentaje no es ni mucho menos bajo: casi un 63% le supone ese trato de favor, en una opinión que se ve altamente reforzada por el casi 83% de los simpatizantes del PP.

Sobre si estaba o no en huelga de hambre, más de la mitad de los encuestados piensa que sí. Sobre todo lo creen así los simpatizantes de IU, mientras más de un 34% sostiene que no.