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 MUNDO
Pulso demócrata para conquistar el voto negro
Obama y Hillary se disputan en Alabama el apoyo afroamericano, clave para su candidatura a las presidenciales
CARLOS FRESNEDA / Corresponsal

NUEVA YORK.- Hillary Clinton y Barack Obama cruzarán hoy al mismo tiempo el puente de Edmund Pettus y se disputarán sobre la marcha -literalmente- el apoyo de miles de ciudadanos negros que pueden tener la llave para la nominación demócrata a las presidenciales de 2008.

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No se sabe cuál de los dos candidatos será el primero en avanzar entre los pretiles del simbólico puente de Selma (Alabama), el mismo que hace 42 años fue testigo de los enfrentamientos entre los líderes negros y la policía, en una de las luchas más sonadas de la era de las libertades civiles.

Puede que el senador Obama, por cuestiones de cortesía, le ceda el paso a la senadora Clinton, aunque la idea de bajar al sur en fecha tan destacada fue originalmente suya, y ya se sabe lo que ocurre cuando se golpea primero.

Desde que Barack Obama se arrimó a la sombra de Abraham Lincoln y lanzó su campaña en el viejo Capitolio de Springfield (Illinois), su candidatura avanza a toda propulsión. En apenas tres semanas, el senador con sangre de Kenya y de Kansas ha logrado darle un revolcón a las encuestas y aventaja ya a Hillary por nueve puntos entre los votantes negros (aunque va 12 por detrás en el cómputo total de los demócratas).

El impulso de Obama, que viene de conquistar Hollywood y de convocar a más de 20.000 almas a su paso por Austin (Texas), tiene tan preocupados a los estrategas de Hillary que no ha habido más remedio que recurrir al mimísimo Bill Clinton para apagar la estela del candidato negro. Barack Obama reservó plaza antes y dará hoy el sermón de Selma en la emblemática Capilla Marrón, desde donde partió la marcha de 1965. Los Clinton asistirán a una ceremonia paralela a la misma hora en la Primera Iglesia Baptista, a la vuelta de la esquina.

Los ojos y las parabólicas de todo el país estarán pendientes de las respectivas parroquias, y el apacible poblachón del sur se convertirá por un día en campo de batalla de las huestes demócratas.

Dilema entre candidatos

Pasarán lista a la entrada de las iglesias, y es de esperar que el artífice de la marcha, el congresista John Lewis, acuda como todos los años a persignarse a la Brown Chapel AME Church, donde oficia Obama. Lewis ha dejado claro que piensa cumplir con la tradición, pero que de momento no se ha decantado por ninguno de los dos candidatos.

«He hablado con el senador Obama, y no tanto con la senadora Clinton, pero sí con el presidente Clinton y lo que queremos todos es tener una gran celebración este fin de semana», fueron las palabras conciliatorias de John Lewis, acuciado como tantos demócratas de color por el dilema Obama/Clinton.

Quien sí rendirá pleitesía a Barack (el bendito, en suahili), será el congresista y héroe local de Alabama Artur Davis. «Es un buen síntoma que se tenga tan en cuenta el voto negro», declaró Davis. «Y es bueno que los Clinton hayan decidido plantar batalla agresivamente para conquistar el favor de nuestra comunidad.Cuando más se apoyen en la comunidad afroamericana, más nos vamos a beneficiar».

Obama fue el primero en poner la 'x' en el calendario y en anunciar su presencia en Selma, para responder en persona a la pregunta que hasta poco todo el mundo se hacía: «¿Es Obama suficientemente negro?».

Los sondeos de Zogby y el Washington Post, en los que el carismático senador aventaja por primera vez a Hillary entre los votantes negros (de nueve a seis puntos), parecen haber servido de inquietante respuesta.

La campaña de Hillary Clinton anunció esta semana el contraataque y confirmó la intención de la candidata de visitar Selma al mismo tiempo que Obama, acompañada además por su popular marido, en su primera aparición durante una campaña que no está discurriendo como ella quería.

Después de dejar claras sus intenciones por internet -«¡Me presento para ganar!»-, el mensaje de Hillary ha sucumbido bajo el peso de su propia ambición. Sus aparaciones en público han sido minoritarias y concentradas en los estados donde se disputan los primeros lances de las primarias (New Hampshire y Iowa). Hillary se ha esforzado en dar la impresión de una «conversación directa» con los electores, pero la distancia con el gran público y con la prensa han sido las notas dominantes en sus apariciones, y en casi todas sus intervenciones ha pesado el fantasma de su voto favorable a la Guerra de Irak.

Obama, entre tanto, se ha prodigado de costa a costa y ha demostrado con creces su capacidad para llegar a las masas, con mítines concurridísimos a la vieja usanza. En sus discursos, las alusiones vagas a la «esperanza» caminan de la mano con sus críticas a la Administración Bush y el recordatorio de su voto contrario a la Guerra de Irak, que es el mejor comodín de cara a los votantes progesistas.

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