ANTONIO GALA
La jerarquía eclesiástica debería cuidar más sus afirmaciones.Que España «está en una situación muy parecida a la de los años 30» es sólo una sandez con la que pretende amenazarnos con otro 36. Si eso es caridad, yo soy la Virgen del Rocío. Y «sin caridad, nada hay». Es una mentira interesada, ni cristiana ni razonable.Ya está bien de unos jerarcas que callan ante los holocaustos, que no benefician la paz, que son colaboracionistas de conveniencia, y encima quieren tocar el cielo con las manos. Son precisamente ellos los que, en los 30 y ahora, desean echar a pelear a unos con otros. (Contra eso, la Educación para la ciudadanía, a la que se oponen.) «Divide et vincas», ¿no? Pues ahora, a pesar de tantas víctimas y tanto PP, no va a salirles el juego. Ni con el brazo en alto. Su Dios está harto de ellos.
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