El proyecto marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, que Rabat asegura que presentará el próximo mes de abril ante la ONU, se revela como el único punto de la agenda de discusiones de la Cumbre entre España y Marruecos que podría resultarle incómodo al presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El resto de asuntos que abordarán hoy y mañana los dos ejecutivos, representados cada uno de ellos por su número uno más siete ministros, no suscitan por el momento mayores problemas.
Las relaciones bilaterales, aseguran fuentes autorizadas de Moncloa, son «muy positivas». No podía ser de otra manera, porque desde la llegada al poder en España del Gobierno socialista, el empeño por resarcir a Rabat de las tensiones sufridas en la etapa de Aznar ha sido más que notable.
El buen entendimiento podría resaltarse si finalmente el rey Mohamed VI decide mantener un encuentro con Zapatero. La incertidumbre se alimentará hasta el último momento, como suele ser costumbre de la casa real marroquí. Zapatero ha tenido que aplazar en al menos tres ocasiones su previsto encuentro con el monarca alauí por motivos de agenda. No obstante, Mohamed VI ya ha hecho un claro gesto para endulzar la Cumbre al conceder el indulto a 52 presos españoles con motivo del nacimiento de su hija, la princesa Lalla Jadiya.
La Cumbre bilateral se presenta en esta ocasión como una reunión fácil en la que se abordará, una vez más, la lucha contra la inmigración ilegal -punto éste en el que, según España, Marruecos «ha manifestado una voluntad clara de cooperar»- y el combate contra el terrorismo y el crimen organizado. En este terreno, Madrid asegura que se ha incrementado la cooperación policial y judicial, se han intensificado las comisiones rogatorias y se han creado órganos únicos de comunicación en tiempo real.
Tampoco representará ya un problema el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y el reino alauí que permitirá faenar en los caladeros marroquíes a un centenar de pesqueros españoles porque el rey Mohamed VI dio su visto bueno definitivo al mismo hace una semana.
Con este panorama, sólo el conficto del Sáhara podría abrir camino a las diferencias. Marruecos, que todavía no ha proprocionado públicamente detalles de su propuesta de autonomía, aunque una delegación oficial de Rabat expuso las grandes líneas del mismo al presidente francés Jacques Chirac y al español Rodríguez Zapatero, no parece haber suscitado el entusiasmo español.
A falta de conocer con precisión la propuesta, no parece que ésta difiera demasiado de otras anteriores que ya perfiló Rabat.En definitiva, contemplaría un estatuto de «amplia autonomía» para las llamadas «provincias del sur», es decir, el Sáhara occidental, pero no iría hasta el punto de reconocer el derecho a la autodeterminación, incluyendo en éste la opción de la independencia.
Tal y como prevé el Gobierno marroquí, el asunto del Sáhara se planteará en las discusiones y previsiblemente Zapatero tendrá que definir con mayor precisión su postura respecto al mismo.A medida que se acerca el momento de la presentación del citado plan en Naciones Unidas, el Gobierno español se ve más obligado a salir de la ambigua y vacía fórmula según la cual España apoya una solución consensuada entre las partes en el marco de la legalidad establecida por la ONU. Por el momento, el Frente Polisario, apoyado por Argelia, ha rechazado la propuesta de autonomía e insiste en la opción de la independencia.
Por lo demás, España intentará que Marruecos acepte elevar a categoría de acuerdo el memorando de entendimiento sobre menores no acompañados firmado en 2003. Además, está previsto conceder al país vecino un crédito FAD de 100 millones para el parque eólico de Tánger.