Los nueve detenidos, de nacionalidades colombiana y dominicana, blanqueaban el dinero utilizando el sistema de los giros múltiples desde diversos locutorios controlados por la organización, según informó ayer la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil.

La investigación la han llevado a cabo agentes de la sección de Blanqueo de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal de la Comisaría General de Policía Judicial, en colaboración con la Brigada de Delitos Monetarios y la Comisaría Local de Leganés.

En el transcurso de esta operación, denominada Lotus, se han efectuado también ocho registros en domicilios y locutorios, y se han bloqueado las cuentas bancarias de los detenidos en nueve entidades financieras. Además, se ha solicitado la prohibición de enajenación de dos inmuebles.

Las organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes realizaban sucesivas entregas de dinero en efectivo a los responsables de los locutorios, miembros de la organización de blanqueo. Éstos se encargaban de fraccionar la cantidad entregada por la organización y realizar múltiples giros, principalmente a Colombia, que tenían como destinatarias a terceras personas de la propia organización delictiva. La finalidad era hacer llegar los beneficios de la venta de droga a las organizaciones de narcotraficantes colombianos.Siguiendo este método, la organización ha podido realizar unas 25.000 operaciones, unas 3.000 transferencias mensuales en cada uno de los locutorios implicados.

De los nueve detenidos, hay siete colombianos y dos dominicanas: Juan Guillermo C. N., Josué Q. M., Nancy del Socorro B. G., Yonathan Fernando B. G., José Manuel T. C. y Rosa Hilandia M. C., detenidos en Leganés; Adriana R. y Luz Marina R. C., arrestadas en Fuenlabrada, y Beatriz Edilde H. E., en Madrid capital.

Los ocho registros practicados durante la operación Lotus han tenido lugar en cuatro domicilios particulares, y cuatro locutorios de Leganés y Alcorcón. Los agentes de la UDEF han requisado unos 700 gramos de cocaína, 12.860 euros (8.500 de ellos en billetes de 500) y 900 dólares. Además, la organización tenía una pistola de aire comprimido, balanzas de precisión, una prensa hidráulica con la que fabricaban los ladrillos de cocaína, sustancias de corte para la adulteración de drogas y boletos de envíos agrupados por locutorio a nombre de diferentes personas, que tenían como destinatario diferentes locutorios en Colombia; por último, fotocopias de pasaportes colombianos y justificantes de ingresos y envíos de dinero a Colombia.