MARIA LUISA TORIBIO
Ovillos de lana, agujas de tejer, punto de cruz o bolillos son términos que a muchas les resultarán tan ajenos como una historia de ciencia ficción. Sin embargo, y aunque parezca que labores ha quedado prácticamente relegadas al cajón de la abuela, muchas mujeres han encontrado en el petit point o en el tejido de un jersey un hobby contra el estrés o el aburrimiento y hay médicos que lo recomiendan como terapia. Tal vez por eso, el punto vuelve a estar de actualidad, con tiendas en las que, además de material, se dan cursos y talleres para aprender o practicar. Pitina Sandoval comenzó hace siete años impartiendo clases de bolillo, de ahí el nombre de su tienda, Don Bolillo, pero poco a poco se fue ampliando la oferta ante la demanda de las clientas. «Las labores están de moda porque son muy relajantes, de hecho, hay médicos que lo recomiendan como práctica terapéutica», señala Sandoval.Don Bolillo tiene alumnas de todas las edades «desde chicas recién casadas que quieren preparar la canastilla del bebé hasta señoras de 90 años. Y no vienen sólo a aprender. Muchas vienen a hablar, a desahogarse... hacemos incluso comidas y excursiones», comenta.Ahora, además del bolillo original, se dan clases de vainica, de bordados de todo tipo, de patchwork, costura para bebés...que se pueden aprender, desde los rudimentos hasta niveles de dificultad más altos que permiten dar a luz piezas muy elaboradas.La cantidad de 65 euros mensuales da derecho a dos horas de lecciones a la semana y el éxito es tal que tiene liosta de espera. Ofrecen, además, patrones, hilos y artículos muy cuidados para bebé, que, además, se pueden personalizar. Inke es una de las veteranas.Este local, que pertenece a las hermanas Marquerie, abrió sus puertas hace 15 años y desde entonces ofrece todo lo necesario para las labores. Se pueden encontrar gráficos, kits para bordar en punto de cruz todo tipo de motivos, hilos de bordar, artículos para petit point, retales de tela para patchwork... Además, porque aquí «parte es vender y parte enseñar», por 60 euros al mes ofrecen dos horas semanales de clases de punto, de patchwork o de costura infantil, en las que aprender a preparar, por ejemplo, prendas de canastilla. En Alondra, un negocio con el que los hermanos Martínez han continuado con la ocupación de sus padres, no se imparten clases, pero sí orientan a la clienta «si tiene alguna duda» sobre todo con las agujas de punto, porque aquí se encuentran todo tipo de lanas para tejer. También tienen cañamazo estampado y «preparado a mano» para petit point, de pequeño o gran tamaño, como alfombras, y muchos complementos -costureros, agujas...-
para realizar todo tipo de labores. Cristina Messa regenta Club de Labores desde hace 11 años. Además de tienda en la que hacerse con kits, cuadernos de esquemas, hilos o preciosas telas, este establecimiento es exactamente lo que su nombre indica: un lugar de reunión en el que, aunque no sea día de clase -de costura, de patchwork, de bordado con cintas... Dos horas semanales al precio de 180 euros el trimestre- las habituales pueden sentarse a trabajar en la mesa camilla. No enseñan a hacer punto, pero orientan y dirigen la elaboración de una prenda, desde los comienzos hasta que queda terminada, por 3,50 euros.
DONDE:
Inke. Don Ramón de la Cruz, 47. Tfno.: 91 576 28 47.
Alondra. Príncipe de Vergara, 82. Tfno.: 91 562 60 73.
Don Bolillo. Paseo de la Habana, 174. Tfno.: 91 345 62 04.
Club de Labores. Infanta María Teresa, 11. Tfno.: 91 344 10 68.
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