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 MUNDO
Tony Blair se arrepiente
El primer ministro lamenta la inquietud que ha creado en su partido por anunciar su marcha
FERNANDO MAS / Corresponsal

LONDRES.- El primer ministro británico, Tony Blair, reconoció ayer que su largo adiós ha provocado «incertidumbre» y ha abierto una guerra de sucesión en el Partido Laborista.

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Poco antes de las elecciones generales de mayo de 2005, Blair se dirigió a las ciudadanos y anunció que, de ganar, afrontaría su último mandato. Entonces, su imagen se deterioraba por momentos debido a la Guerra de Irak, y el primer ministro buscó y empleó una fórmula con la que seducir a una parte disconforme del electorado.

Pero en una entrevista publicada ayer por The Observer el premier se refiere, en concreto, al anuncio realizado el 7 de septiembre.Entonces, tras una semana de acoso por parte de Gordon Brown (su ministro de Economía y el candidato más firme a sucederle), Blair anunció que abandonaría el liderazgo del partido y el Gobierno en un plazo no superior a un año. Pocos días más tarde, en la Conferencia de Otoño del Partido Laborista celebrada en Manchester, lo confirmó.

Si bien se ha dado por indiscutible que Brown ocupará el lugar que deje Blair, los movimientos en el seno del laborismo son continuos. Hay un sector próximo al primer ministro que se niega a poner el partido en manos de Brown, al que las encuestas maltratan una vez tras otra. El laborismo pierde apoyo en los sondeos cuando se le pregunta a los electores por la posibilidad de que el candidato sea el actual ministro de Economía.

Durante el verano, emergió con cierta intensidad la figura de John Reid, responsable del Interior, como alternativa. Pero ha sido en las últimas semanas, de una forma más articulada, más seria e incluso más decidida, cuando la oposición a Brown ha puesto sobre la mesa un candidato para pelear por el poder: David Miliband, ministro de Medio Ambiente.

En la mencionada entrevista, Blair mantiene, por el contrario, que no haber anunciado su retirada entonces quizá hubiera tenido peores consecuencias. «No era mi deseo que se generara toda esta incertidumbre», afirma.

No tiene reparos el premier en comparar la situación que se hubiera producido con la que vivió Margaret Thatcher, en 1990, cuando el Partido Conservador la laminó previendo que su continuidad minaría las posibilidades tories de ganar las elecciones de 1992.

Se da por hecho que el primer ministro anunciará su adiós definitivo tras las elecciones que, el 3 de mayo, se celebran en Galas y Escocia. Para entonces, Blair hará cumplido 10 años como primer ministro. Después asumirá el posible varapalo en esas elecciones y dirá exactamente cuándo se va. Es posible que lo haga en junio o julio, cuando finalice el periodo de sesiones del Parlamento.

Blair reconoce el daño que le ha hecho la Guerra de Irak, no sólo a él, sino a su partido, y confía, dice, que una vez que él se vaya la gente se calme y olvide sus decisiones en el conflicto.En referencia a las elecciones de 2005 y al futuro, dice: «Irak fue entonces un factor. De alguna manera, cuando me vaya, todo aquello se irá conmigo».

Hay dos factores en los que el primer ministro entra de pasada pero de forma significativa: por un lado, no descarta que su sucesor convoque elecciones de forma inmediata y, tampoco, que los conservadores puedan arrebatar el poder a los laboristas.


¿Fiesta de despedida?

Uno de los personajes más influyentes de la vida social de Londres es Lady Lynn Forester de Rothschild. Se ha encargado de organizar una cena en Downing Street con Tony Blair y su mujer, Cherie, como anfitriones. Revelaba ayer 'The Sunday Times' que en la lista de invitados estarán los caballeros más ricos del mundo, entre ellos, el mexicano Carlos Slim, considerado, en 2006, el tercer hombre más adinerado del planeta. Cuentan que Blair está preparando el salto a EEUU, que se instalará allí cuando deje la política activa y que esta cena no es más que un intento de crear los puentes necesarios para llegar a la antigua colonia en unas excelentes condiciones. Cualquiera que esté dispuesto a donar 25.000 dólares (unos 19.000 euros) a la Tate Gallery recibirá su invitación. ¿Por qué esta relación? Porque los que han movido todos los hilos necesarios para organizar este evento son los patronos estadounidenses de la Tate. Todo lo deja claro el periódico, que habla de que esta cena se celebrará «en los últimos días de Blair en Downing Street». Da una fecha: el 16 de junio. Esto indicaría que el 'premier' no estaría dispuesto a dejar el poder antes de esa fecha. O, quizá, sería ésta su gran fiesta de despedida.

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