ANTONIO GALA
Las relaciones entre Rusia y USA son hoy tensas. Y lo peor es que complican a la UE, que bastante tiene con la OTAN. A Putin lo exaspera que, para preservar el territorio USA, se desplieguen instalaciones de cohetes en Polonia y radares en Chequia. Piensa, acaso con razón, que eso rompe el delicado equilibrio con que terminó la Guerra Fría. El caso es que el insensato Bush y, en desacuerdo, el ruso, pueden iniciar otra carrera de armamentos que dilapide el frágil espíritu cooperador de 1991. Rusia no se resigna a su desmembración y menos a que ahora se promueva algo en lo que se ofreció a colaborar durante el 2002. La UE ha de plantar cara, sin melindres, a cuanto la perturbe: provenga del Este, que se asoció a la OTAN, o del Oeste, que se cree omnipotente.
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