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EL ZOO DEL SIGLO XXI / SHERAB GYANSEN LAMA
A rastras por la paz mundial
Este monje ha realizado una peregrinación de casi dos años desde el Tíbet a la India, postrándose durante todo el camino
MARIA FLUXA

Son muchos los que se acercan a Bodh Gaya, en el estado indio de Bihar. Muchos turistas, algunos curiosos, y otros que son devotos de una figura que no es un dios, ni su emisario en la Tierra, sino un hombre que hace miles de años logró liberarse del dolor humano. Allí, donde ahora se levanta el templo de Mahabodi, Patrimonio de la Humanidad desde 2002, está el árbol bajo el cual Siddharta Gautama se convirtió en Buda.

Son muchos, turistas y budistas, quienes se acercan hasta este lugar en el norte de la India para rendir culto a un príncipe que se rebeló contra las creencias de su época. Pero pocos lo hacen como Sherab Gyansen Lama, un joven monje que partió hace 20 meses de un monasterio del Tíbet para llegar hasta Bodh Gaya arrastrándose.

Sherab Gyansen pretende llegar hasta ese mismo árbol en el que Buda en plena noche despertó, convirtiéndose en El Iluminado, pues eso es lo que significa precisamente su nombre. Y todo, por la paz y la armonía en el mundo. «En Tíbet, vivía en Dargeh, en el monasterio de Chacha Gumba. Desde allí comencé mi viaje junto con dos amigos. Obtuve el visado en Lhasa y desde allí partí hacia Nepal», contaba el monje en una de sus paradas.

Sherab Gyansen Lama, en su treintena, es la primera persona en cometer semejante hazaña. Para muchos budistas, nepalíes o birmanos por ejemplo, arrastrarse es un ritual común. Dan tres pasos y medio, y entonces se postran en el suelo, entonando mantras.Se levantan, juntan sus manos en oración y repiten el proceso.Lo hacen alrededor de una stupa (monumento religioso), pero nadie hasta ahora había emprendido un camino tan arduo de ese modo.

Sherab Gyansen se ha provisto de un delantal adecuado, más grueso de lo habitual, y guantes de madera (típicos, por otro lado) especiales, así como de un calzado con refuerzos para evitar heridas. Lo acompañan otras dos personas, Sonam Yeshi y Pema Tsomo, que le ayudan en todas sus necesidades diarias, cargando en un carrito todas las provisiones, incluida el agua potable.«Tenemos dos tiendas de campaña, sacos de dormir, una estufa, algunos utensilios y la comida», explicaba uno de los acompañantes, que hace las veces de traductor de Sherab Gyansen.

«Llegará hasta aquí siempre y cuando no se deteriore su salud, debido a la ola de frío que está teniendo lugar en Bihar», informaba, por su parte, un portavoz del monasterio tibetano de Bodh Gaya.Allí, las autoridades del templo consideran que el monje ha puesto de manifiesto la importancia del autocontrol, como enseñó Buda.

Y es que en esta época, en los Himalayas, las condiciones climáticas no lo ponen fácil. El mal estado de las carreteras es otro impedimento y sortear camiones en dos direcciones «es más duro que los terrenos montañosos de Tíbet y Nepal». Además, el idioma se ha convertido en otra barrera para Sherab Gyansen, pues no habla ni inglés ni hindi.

En la India, desde enero, son miles las personas que salen a su paso para juntar las manos en señal de respeto e, incluso, tocarle los pies o simplemente animarle y acompañarle un rato en su periplo, que suele cubrir cinco kilómetros diarios. Sherab Gyansen se limita a responderles con una sonrisa. Además, la gente le ofrece té y agua, que él acepta agradecido.

Si no ha tenido lugar ya, la llegada de Sherab Gyansen y sus compañeros de viaje a Bodh Gaya -donde recientemente ha estado el Dalai Lama, coincidiendo con el traslado de las reliquias de Buda a este monasterio desde Sri Lanka, que se considera el «templo más sagrado del budismo en el mundo»- es inminente. Ojalá lo consigan, porque como dice Shareb Gyansen: «Hacemos esto por la paz y la armonía entre las gentes».

LO DICHO Y HECHO

«Hacemos esto por la paz y por la armonía entre las gentes de todo el mundo»

1975: Nace en Lhasa, la capital del Tíbet. Julio de 2005: Desde el monasterio de Chacha Gumba, en el Tíbet, inicia su particular peregrinaje a Bodh Gaya, en la India. Noviembre de 2005: Llega a Nepal. Enero de 2007: Cruza la frontera entre Nepal y la India.Marzo de 2007: Su viaje está por terminar. Quiere rezar por la paz en el árbol de Buda (aunque el original ya no existe, y una de sus raíces fue llevada hace siglos a Sri Lanka, donde sigue).

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