El presidente de CiU, Artur Mas, señaló ayer tres puntos negros en la relación entre Convergència Democràtica (CDC) y Unió Democràtica (UDC). Balaguer, Igualada y Palamós son las tres principales poblaciones donde la federación no se pone de acuerdo a la hora de confeccionar las listas para las elecciones municipales, que se celebrarán el próximo 27 de mayo.
«En Igualada siguen las conversaciones para elegir al cabeza de lista, en Balaguer habrá asamblea y en Palamós hay un encuentro previsto esta semana», dijo ayer Mas. Sin embargo, fuentes de Unió explicaron a este diario que no consideran que en esta última población no hay conflicto: Isabel Ruiz, de UDC, fue aceptada como candidata hace dos semanas.
El presidente de CiU se refería seguramente a las negociaciones entabladas entre CDC y UDC en Palamós para elegir a los números dos, tres, cuatro y cinco de las listas. En Balaguer, Convergència proclamó a su propio alcaldable, Josep Maria Roigé, mientras que Unió mantiene como candidata a Glòria Pallé. En cuanto a Igualada, la asamblea celebrada hace unos días para elegir candidato se saldó con un «empate técnico», según fuentes de la federación, y ahora «tiene que decidir la dirección nacional».
Hace poco más de un mes, el ex presidente Jordi Pujol encorajinó a CDC a «no ceder ante las presiones» de Unió, y parece que Mas quiere hacerle caso. De todas formas, el líder de CiU se mostró optimista ayer en cuanto a su resultado en las municipales. «Tenemos un lema interno: vamos a por todas, y en todas partes. Estamos en condiciones de alcanzar un buen resultado, de compensar el 27 de mayo el peligro de monopolio socialista», afirmó. Además, dijo que espera cerrar «listas conjuntas bajo las siglas de CiU» en todas las localidades donde aún existe conflicto.
Las tensiones entre CDC y UDC por la elaboración de listas tampoco empujarán al líder de la federación a adelantar el congreso previsto «para 2008, o en primavera o en verano, depende de cuando se celebren las generales», una vez concluido todo «el ciclo electoral».Tras la reunión de ayer de la ejecutiva de CDC, Mas quiso cortar las «especulaciones» suscitadas en torno a la posibilidad de que dirigentes de Convergència pidan adelantar el congreso, dada la situación de CiU, que debe afrontar una nueva legislatura en la oposición.
El líder de CiU explicó que en la reunión planteó «una propuesta para que quede claro» el calendario que él cree que «hay que cumplir», que pasa por celebrar el congreso «cuando toca», respetando la fecha de 2008, una idea sobre la que «ha habido un acuerdo total, unánime, sin una discrepancia».
El último congreso de CDC, que se celebra cada cuatro años y en el que se renuevan los órganos de dirección y se define la estrategia a seguir en el siguiente ciclo electoral, tuvo lugar en 2004. En opinión de Mas, «no hay ningún hecho extraordinario» que obligue o aconseje «adelantar el congreso».
Por otro lado, el líder de CiU emplazó ayer a «todos los diputados catalanes» en el Congreso, sean del partido que sean, que «aprieten» a Zapatero -del que recordó que «gobierna en minoría»- para que se traspase el aeropuerto a «un consorcio con mayoría de las instituciones catalanas».