F. C. / Enviado especial
LIVERPOOL.-
Rafa Benítez intentaba mostrarse tranquilo ante el aluvión de periodistas que anegaba la sala de trofeos del Liverpool, habilitada para acoger las diferentes ruedas de prensa de ayer.Sonreía, hacía las veces de traductor de sus respuestas y sorteaba las preguntas con su habitual parsimonia. Aunque, justo en el ecuador, frunció el ceño para entrar de lleno en la guerra psicológica.«Ha quedado demostrado que son ellos los que tienen ansiedad».Y así lo argumentó: «Sus dos últimos partidos los han planteado pensando sólo en el choque de mañana [por hoy]. Y eso se ve cuando dejan fuera del equipo a jugadores como Eto'o, Thuram o Deco».Poco después le cuestionaron sobre la hipotética alineación de Ronaldinho, Messi y Eto'o. «Van a jugar los tres. Nosotros los esperamos», clamó.
Quizá le faltó recitar la alineación del Barcelona al más puro estilo Mourinho, pero pocas horas después quedó claro que a Rijkaard no le hizo gracia que Benítez luciera dotes de futurólogo. «Para mí es estupendo jugar contra un entrenador que lo sabe todo», dijo con rechoteo, para insistir con su fina ironía.
«Cuanto más dices que sabes, menos sabes», abundó. Hubo más.«Lo que hace es esconder su propia preocupación», replicó Rijkaard cuando le recordaron que Benítez había volcado todo el peso de la presión sobre el Barcelona. El duelo dialéctico se estiró aún más. «Si alguien tiene presión es el equipo anfitrión. Son ellos los que deben demostrar cosas ante su público».
Optimismo. La monumental moqueta que cubría la sala se tiñó de un rojo aún más intenso tras el cruce de puñaladas. Una situación que evidencia, primero, lo mucho que le dolió a Rijkaard la lección táctica de Benítez en el Camp Nou. Y, por supuesto, que delata la extrema preocupación con la que ambos afrontan este partido.Al Liverpool sólo le queda ya luchar por la Champions, después de haber fracasado con estrépito en sus competiciones nacionales.El Barça, mientras, con el liderato de la Liga recién perdido a costa del Sevilla, no puede permitirse el lujo de dejar escapar un trofeo que tardó 14 años en reconquistar.
Rijkaard, por una vez, se sacudió los temores con un discurso de lo más optimista. «El Liverpool va a sufrir», avisó antes de definir a grandes rasgos cuál será la propuesta de esta noche.«Hay que buscar goles, pero con inteligencia y siempre mostrando atención a sus contragolpes». Y por si no había quedado claro, el holandés redundó en su ideal de buscar la yugular de Reina.
«Tenemos la oportunidad de demostrar que somos valientes». ¿Abría así Rijkaard el camino hacia el atrevido 3-4-3? ¿ O quizá buscaba confundir aún más a Benítez? En cualquier caso, al de Chamberí la táctica del Barça le trae sin cuidado. Siempre de cara a la galería, claro. «No es lo primordial saber lo que harán ellos, sino lo que haremos nosotros. Estamos preparados para contrarrestar cualquier sistema». Y si Benítez se ha pasado los últimos días estudiando al Barça, a Rijkaard parece no hacerle falta perder el tiempo con esas cosas en su pequeño despacho del Camp Nou.«No veo necesario ver vídeos del Liverpool. Siempre juega igual».
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