Por increíble que parezca, casi 10 meses después de ser coronado en París (17 de mayo), el Barcelona parece jugarse en una velada toda su credibilidad actual. Su adiós daría la razón a las proclamas de, entre otros, el omnipresente predicador del credo barcelonista, Johan Cruyff, partidario de remodelar de arriba a abajo el equipo ante lo que él diagnostica «cambio de ciclo». Una remontada, por contra, sería la respuesta de una plantilla que, quizá, merezca más respeto por sus últimos logros.

Dejando a un lado motivaciones profesionales o económicas, un futbolista sabe que una buena actuación en una de las grandes cunas del fútbol puede marcar una carrera para siempre. El viejo pero cuidado campo de Anfield es todo un santuario pagano repleto de referencias de sus dioses: Shankly, Fagan, Souness, Dalglish, Rush... Por lo que alzar los brazos en semejante escenario y ante una grada entregada supone una inyección de adrenalina difícil de rechazar.

Para ello, los futbolistas del Barcelona deberán ofrecer su mejor versión en una temporada repleta de altibajos. Las premisas para remontar el 1-2 del partido de la ida en el Camp Nou parecen claras. El equipo de Rijkaard debe ganar y marcar un mínimo de dos goles para obtener el pase a cuartos. Ir a por todas desde el primer minuto y marcar antes de la media hora es la consigna, pero sin perder la compostura en la retaguardia. El terreno de juego de Anfield, de reducidas dimensiones, facilita que el juego se desarrolle a escasos metros del área y no es difícil crear ocasiones de gol por férreo que sea el sistema defensivo del estratega Benítez.

El Liverpool acaba de perder su imbatibilidad de 30 partidos en Anfield tras la derrota del sábado ante el Manchester; además, se ha despedido de alzarse con algún trofeo esta temporada en Inglaterra. Aunque la suma confianza en sus posibilidades de los azulgrana quizá no difiera demasiado de la mostrada en los choques ante el Sevilla, el Valencia, el Real Madrid o el Chelsea. La estadísticas en Europa, además, le dan la espalda a los azulgrana. Siempre que Liverpool y Barcelona se han enfrentado en una eliminatoria, los reds han acabado imponiéndose. Para la esperanza queda la única ocasión en la que ambos se midieron en un formato de liguilla, en la temporada 2001-2002. Entonces, un Barça sin ostentaciones (con Rexach en el banquillo y jugadores como Bonano, Christanval, Andersson, Coco, Overmars o Rochemback) se impuso por 1-3 en Anfield dando una exhibición. El campo del Liverpool no es ni mucho menos una fortaleza inexpugnable. Incluso un Arsenal plagado de suplentes logró esta misma temporada imponerse en la Copa de la Liga por un sonrojante marcador de 3-6.

'Dream Team'.

La remontada copera del Barcelona ante el Zaragoza, con el recordado 3-4-3 del Dream Team es una de las grandes razones para que los creyentes sigan convencidos de la gesta. Ahora parece que la única opción de voltear la eliminatoria sea utilizando el ultraofensivo entramado táctico de Cruyff. Rijkaard, de repente, se ha convertido en un técnico de lo más intervencionista, por lo que acertar su apuesta se ha convertido en el crucigrama de moda. Aunque la exclusión de Gio de la convocatoria invita a pensar que el técnico holandés seguirá los pasos de La Romareda y se la jugará con una defensa de tres (Oleguer, Thuram y Puyol), olvidándose así de la opción de los carrileros, y confiando en que su centro del campo más pelotero (Márquez, en el pivote, con Iniesta, Xavi y Deco a su vera) desmonte la nutrida defensa del Liverpool. En ataque y 160 días después, volverán a formar en el equipo inicial Eto'o, Messi y Ronaldinho.

Benítez, en cambio, no tiene previsto hacer demasiados cambios respecto al equipo que tan inesperadamente buen resultado le dio en el Camp Nou. Arbeloa, que en la ida secó a Messi, podría volver al once después de quedarse fuera ante el Manchester (Y Ronaldinho se puso las botas).

Los incisivos Bellamy y Kuyt continuarían en la punta del ataque, con dos férreas líneas de cuatro en la retaguardia programadas para entorpecer al máximo el juego de combinación de los azulgrana.