FRANCISCO CABEZA. Enviado especial
LIVERPOOL. - Frank Rijkaard es un tipo listo. Lo ha venido demostrando sobradamente en los últimos días. Ayer, rizó el rizo. El Barcelona, el vigente campeón, lo tiene verdaderamente crudo para pasar adelante. Y más teniendo en cuenta lo que hizo el pasado sábado ante el Sevilla. Pero el holandés, como si tal cosa, trasladó toda la presión al Liverpool.
«Mucha gente piensa que ellos ya están clasificados, y eso nos quita presión. No tenemos nada que perder. Ellos, en cambio, tienen que demostrar su calidad ante su público», señaló el técnico azulgrana.
Rijkaard dio una vuelta de tuerca más al ironizar sobre su colega rival, Rafael Benítez, que poco antes había dicho algo así como que ninguna de las apuestas tácticas del holandés sería capaz de sorprenderle.
«Para mí es estupendo jugar contra un entrenador que lo sabe todo, pero creo que eso es más esconder su preocupación. Alguien que dice que sabe todo, si verdaderamente es inteligente, sabe que sabe muy poco. Cuanto más sabes, sabes que sabes menos. Hay que jugar 90 minutos y siempre puedes descubrir nuevas cosas», afirmó un Rijkaard muy filosófico.
No se detuvo ahí el entrenador del Barcelona, que criticó nada veladamente el fútbol que desarrolla este Liverpool: «Viendo un partido, ya has visto todos y sabes cómo juega. No hace falta ver cada partido. Tenemos nuestros observadores, pero viendo este equipo ya sabes lo que hace. Es muy fuerte físicamente y muy disciplinado tácticamente. No hay muchas cosas que descubrir». Como esta noche el Liverpool deje al Barcelona en la cuneta (en las apuestas, el triunfo azulgrana cotiza más del doble que la victoria local), a Rijkaard le van a salir críticos de debajo de las piedras.
El holandés se permitió incluso bromear con algunas de las preguntas de los medios. «Me habéis convencido», bromeó ante la insistencia en interrogarle sobre la necesidad de practicar un fútbol descaradamente ofensivo para pasar la eliminatoria.
«¿Calificas como una locura lo que dijo Xavi? Me gusta», abundó cuando se le recordó que el centrocampista había asegurado el pasado domingo que, para jugar con tranquilidad, era necesario que los barcelonistas marcaran tres goles. Y hasta hizo lo propio cuando le preguntaron si se replantearía su futuro en caso de confirmarse la eliminación europea. «Me he dejado la bola de cristal en casa», espetó.
El entrenador del Barcelona no descartó en absoluto recuperar otra vez el sistema de 3-4-3 que dio resultado para darle la vuelta a la eliminatoria ante el Zaragoza en la Copa del Rey.
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