A. L.
MADRID.-
Ni edredones ni vajillas. La banca ha decidido rendirse a los encantos del videojuego para arrebatar clientes a la competencia. La caza la acaba de abrir Banesto que, en pleno debate sobre los horarios del sector -es motivo de discusión en la negociación del convenio colectivo- abrirá, por primera vez en la historia financiera, 174 oficinas en la noche del 22 al 23 de marzo.
La razón no es otra que el acuerdo de colaboración sellado entre la entidad y Sony para distribuir, a través de la red del banco, la nueva consola de la multinacional, sucesora de la PlayStation 2, cuyo sofisticado sistema operativo hará las delicias a los aficionados del videojuego. Al menos eso cree la entidad, basándose en la expectación y las largas colas que en la noche anterior generó la salida del producto en Estados Unidos y Japón.
Banesto se ha fijado como objetivo la captación de 350.000 clientes nuevos este año. O lo que es lo mismo: 220.000 domiciliaciones de nóminas y un millón de productos financieros. Con estas cifras, la institución ha ideado la entrega de la PlayStation 3 más un juego de Fórmula 1 a aquellos clientes que desde ayer domicilien la nómina y dos recibos y soliciten la reserva de la consola. El lote, sin embargo, no es gratis. El coste asciende a 660 euros de media. El banco se compromete a regalar la mitad del importe y a financiar el resto, a un interés cero, durante nueve meses y con cargo a la tarjeta de crédito.
Para el consejero delegado de Banesto, José García Cantera, la iniciativa del grupo responde al interés de éste de convertir a la entidad en «la primera banca de empresas en España» y en «consolidar el liderazgo en consumo y medios de pago».
La institución también pretende ganar una cuota de mercado de 0,25 puntos, situar su ratio de rentabilidad de fondos propios por encima del 17%, incrementar el volumen de negocio un 22% y tener mayor fuerza de ventas con la apertura de 250 oficinas en polígonos.
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