La zona de las incubadoras y su acceso están más controlados desde que se conoció la noticia el pasado domingo. El mismo viernes, cuando fallecieron los dos últimos bebés, un equipo de unas 10 personas estuvo desinfectando todo el área de los neonatos. Limpiaron con lejía las paredes, fluorescentes, techos, suelos y todo lo que se encontraba en los habitáculos de las incubadoras.

Además, se tomó la medida de aislar a los bebés para que ningún otro resultara infectado por la bacteria klebsiella pneumoniae, que según las investigaciones del hospital es la que ha causado las muertes. Ayer, 21 pequeños permanecían aislados, mientras que otros dos fueron dados de alta por la tarde. Se espera que hoy haya más niños que puedan recibir el alta.

Muchos nervios

Según el hospital, los pequeños que estaban en el área de neonatos cuando ocurrieron estos sucesos no están infectados, pero han estado en contacto con la bacteria porque compartían los habitáculos con las víctimas.

Hasta que todos los niños que han estado en contacto con la bacteria no sean dados de alta, el hospital mantendrá la alarma; es decir, durante unos dos meses aproximadamente. Los bebés que están en el área de Neonatología son muy débiles, pues sus cuerpos no están totalmente desarrollados y se encuentran muy bajos de defensas.

Además, desde la semana pasada el hospital ha trasladado a las mujeres con embarazos de riesgo y a algunos niños a otros centros, para evitar nuevos peligros.

Algunos padres están muy nerviosos desde que se conoció el caso de los bebés fallecidos por la infección. La primera muerte se produjo el 26 de febrero a causa de la klebsiella pneumoniae; el viernes pasado, día 2, fallecieron los otros dos con los mismos síntomas, como espasmos e hinchazones.

Ayer había algunos padres en la sección de neonatos bastante intranquilos ante la posibilidad de que sus bebés se pudieran haber infectado. «Los médicos nos han dicho que estemos tranquilos, que no les va a pasar nada al resto de los bebés. Nos han dicho que ya están aislados y se han tomado todas las medidas de seguridad», decía una de las madres a este periódico. Otra, en cambio, comentaba: «Qué nervios, pensar que a nuestro niño le pudiera pasar algo. Después de lo que he leído estos días en los periódicos estoy muy nerviosa y no se me va de la cabeza, pero espero que no pase nada más».

Miriam, la madre del niño que murió el 26 de febrero, relató su caso tras conocer que otros dos recién nacidos habían fallecido a los cuatro días con síntomas muy parecidos. La madre aseguró que está estudiando «tomar medidas legales» contra el hospital por no haber actuado «tras conocer que el centro estaba infectado», informa Europa Press.

¿Mellizos muertos?

Por otra parte, la Asociación El Defensor del Paciente (ADEPA) aseguró ayer que una mujer perdió a sus bebés mellizos hace 16 meses en el Doce de Octubre por la misma bacteria. La presidenta de este colectivo, Carmen Flores, explicó que la madre de los mellizos conoce otros tres casos más de bebés fallecidos cuando ocurrió el problema de sus hijos, casos que adjuntarán también a la investigación que ha solicitado su asociación al fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix.

El subdirector médico del Materno-Infantil de este centro hospitalario, Javier Lareo, informó ayer en declaraciones a los medios de que el niño más grave muestra «una evolución favorable dentro de esta gravedad» y que «por el momento no se ha confirmado infección por esta klebsiella» en ninguno de los casos.

Otros dos niños «están graves por patologías propias de su prematuridad», anunció Lareo, quien agregó que, al mediodía, no había confirmado «ningún paciente» infectado por la citada bacteria, informa Efe. Entre las medidas de control que ha tomado el hospital, el doctor Lareo explicó que se ha separado a los niños que han estado en contacto con la bacteria de los considerados «limpios».

También se ha separado a los profesionales médicos y enfermeros que atienden a unos y otros bebés; se han limitado las visitas de los médicos especialistas de otros servicios y se han restringido las visitas de los familiares, solamente se permite el acceso a padres.

Los fallecidos la semana pasada eran todos «niños muy prematuros, con muy bajo peso, lo que implica que sus órganos internos no están maduros y, por lo tanto, complicaciones en su desarrollo que dificultan la supervivencia», dijo Lareo. La jefa del departamento de Neonatología del Doce de Octubre, Carmen Pallés, explicó que este tipo de bacterias «se aísla con relativa frecuencia en unidades de cuidados intensivos neonatales» y que «no es un hecho sorprendente».

Sin embargo, esta bacteria «tiene la particularidad de que es especialmente agresiva y ha desarrollado mecanismos de defensa frente a los tratamientos con antibióticos».

Por su parte, Marcelo, padre de uno de los fallecidos el viernes, se quejó de las explicaciones del hospital: «Por los medios de comunicación nos hemos enterado de que es una bacteria propia del hospital» y criticó que el gerente del centro «no asume la culpa y sólo dijo que no hay que culpar a nadie». Y añadió: «Sé que antes de mi hijo ya había muerto otro niño y que 15 minutos después murió otro y que otro está muy grave ahora», agregó Marcelo.

El padre también se ha quejado de que su hijo podía estar muerto cuando se lo comunicaron. Los médicos agregaron que la situación del bebé fallecido era «irreversible». «En nuestro protocolo de actuaciones ofrecemos que el niño fallezca en brazos de los padres, porque nos parece que ningún niño debe morir solo». «Al padre entiendo que le pudiera parecer que el niño estaba muerto, pero no estaba, el niño murió en brazos de los padres», argumentó.