La historia de José Luis Flores López comienza incluso antes de nacer»... Y es que su padre, su abuelo y su bisabuelo le marcaron el destino desde su concepción: dirigir la empresa de construcción de cocinas y material de laboratorio.
No en vano, la familia Flores Valles llevaba ya entonces dedicándose a lo mismo cuatro generaciones, y lo que le quedaba. Concretamente, diseñaban fogones desde el año 1830. Entonces, el negocio se llamaba fumistería y las cocinas que se vendían desde esta empresa funcionaban con leña y carbón. Lejos de la vitrocerámica y el metal de las cocinas industriales que se fabrican ahora.
La frase sobre la vida de don Luis, como le conocen todos sus empleados, se escuchaba ayer en la sede de Flores Valles gracias al vídeo de homenaje que han realizado los responsables de la fábrica más antigua de la capital para conmemorar su 175 aniversario.
Ayer, don Luis no tenía el mismo ímpetu que acostumbraba a sacar en cualquier conversación de negocios, pero en su cara se notaba la satisfacción de quien, no como un engarce más sino como el penúltimo de una larga cadena, ha mantenido vivo el fuego de las cocinas Flores Valles desde 1957 hasta su jubilación, en 1980.
De padres a hijos
A su hijo, su único vástago, le ha sido imposible escapar del destino familiar. Hoy es vicepresidente de Flores Valles y sigue, casi obligado por la sangre que corre por su venas, a diseñar y vender fogones.
José Luis, como su padre, sigue expandiendo las ventas de cocinas industriales y material de laboratorio, con exportaciones a 35 países y facturando, en 2006, más de 21,5 millones de euros. A su cargo, unos 300 trabajadores que ayer lo arroparon en un gran día para esta firma.
En su currículo, además de los años de experiencia, se relata cómo han salido de esta fábrica los mejores fogones de la capital. Cocinas que han calentado los exquisitos alimentos de restaurantes madrileños como Zalacaín, el Jockey, El Chaflán o las cocinas de los hoteles Ritz o Meliá Castilla. De hecho, este hotel ya contaba con una Flores Valles en los años 30. Ayer, los principales cocineros felicitaban a don Luis por haber hecho su trabajo más fácil, más moderno y de más calidad.
Diversidad
Imposible en un pastel con 175 velas no recordar, con fotos antiguas incluidas, a Manuel Valles, Clemente Valles, Enrique Flores Valles... Todos presidentes de esta empresa e incluso, uno de ellos, Enrique, fue concejal del Ayuntamiento de Madrid, en 1931, por el Partido Monárquico.
Pero el revulsivo en el mercado de los fogones lo dio el actual presidente José Luis Flores López, el menor de los nueve hijos que tuvo Enrique. Don Luis estudió ingeniería industrial en Madrid, pero pasó un gran periodo de formación en Estados Unidos. Allí, conoció un aspecto clave para las cocinas: el uso del metal en su construcción en vez de la madera, tal y como se estaba utilizando en España.
De la cabeza de este empresario surgió también la segunda ramificación de Flores Valles, y una de las más importantes para su dinamización: aprovechar la infraestructura de las cocinas para producir mobiliario de laboratorio. Hoy, salen del almacén de fábrica, situada desde hace años en el distrito de Fuencarral, aparatos especiales para el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, organismos militares y oficiales o el Centro Tecnológico de Repsol YPF, entre otros.
En 2002, sus responsables crearon otras dos nuevas empresas, Flovigas, especializada en el desarrollo, diseño y fabricación de vitrinas de gasas y Abaco, con el fin de mejorar el servicio técnico y la atención a los clientes
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quiso participar ayer del homenaje a don Luis. Rodeado de toda su plantilla, el presidente escuchó cómo el regidor calificaba al fruto de toda su familia como una firma «inquieta, dinámica y emprendedora. Una auténtica referencia empresarial en la ciudad».
Ruiz-Gallardón insistió en que el deber de los políticos es «acompañar a las empresas madrileñas en su adecuación a la economía global». Además, explicó que, el año pasado, en la capital se crearon 75 empresas cada día, hasta sumar 27.463 sociedades mercantiles que suponen el 19% del total de España.
Algunas de las compañías fallecieron también en 2006, otras lo harán este año, pero la intención de todas las iniciativas son aguantar, por lo menos 175 años.
Hoy, el futuro de Flores Valles se llaman Ingrid y Sandra. Aún son jóvenes estudiantes, pero quién sabe si mañana pueden ser la séptima generación y empresarias de renombre en la ciudad de Madrid. Otro destino sellado a fuerza de fogones.
DESDE 1830...
Ese año... Manuel Valles se inicia en Madrid como artesano en el mundo de la fumistería y los fogones. Empieza así la actividad de Flores Valles con cocinas de leña y de carbón.
En 1957... José Luis Flores López (don Luis) asume la presidencia de Flores Valles. En un viaje a EEUU, aprende el uso del metal en la fabricación de fogones y sustituye la madera que se usaba en España.
En 1959... Don Luis decidió aprovechar la misma estructura de la fabricación de cocinas para elaborar mobiliario de laboratorio. Hoy es la segunda actividad de la compañía que factura 22 millones.
DEL HOTEL RITZ AL RESTAURANTE EL CHAFLAN
La empresa centenaria Flores Valles ha sido la encargada de amueblar las cocinas más prestigiosas de la capital desde hace años. En la imagen de arriba, pueden verse los fogones del Hotel Ritz, en los años 30, comprados a esta compañía y cómo las cocinas de los grandes restaurantes y hoteles han ido evolucionando con el paso del tiempo hasta convertirse, si cabe, en hitos del diseño y de la arquitectura. En la foto de abajo, dos cocineras terminan los platos que se sirven en la moderna estancia de El Chaflán. También marca Flores Valles.