Miércoles, 7 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6289.
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Grup 62 mantendrá la independencia editorial de todos los sellos que lo integran
Como proyecto transversal, crea una colección de bolsillo para recuperar parte del fondo
LLUCIA RAMIS

BARCELONA.- Cuenta con el nombre propio de cada uno de los sellos que lo integran, y con la distribución propia de una gran empresa editorial. Además, el Grup 62 reúne el fondo más rico de las letras catalanas: aquél que compendian las obras que hasta ahora han publicado por separado Enciclopèdia, Planeta en catalán y el propio Grup 62.

Y por separado seguirán trabajando como también lo harán sus respectivos sellos. Eso sí: bajo un mismo techo -el edificio que 62 tiene en la calle Peu de la Creu- y la misma dirección editorial: la que, desde el mes pasado, lleva a cabo Fèlix Riera.Con el objetivo de mantener una cohesión dentro del grupo y respetar simultáneamente la independencia de cada una de las empresas que forman parte de él, Riera ha querido centrarse en la elaboración de un proyecto transversal y continuo.

Las dos primeras iniciativas que lo conforman se dieron a conocer ayer, en la 25ª Setmana del Llibre en Català, durante lo que podría considerarse como la presentación en público del nuevo equipo de 62. Faltaba Albert Pèlach, director general de Enciclopèdia; faltaba también Isidor Cónsul, editor de Proa. En la mesa de los ponentes, Riera se sentaba junto al director general del Grup 62, Xavier Mallafré, y dos de los tres miembros del consejo asesor: Xavier Folch y Jordi Porta.

Así, Riera explicaba que su proyecto arranca con la creación de una colección de bolsillo que recupere y actualice el fondo bibliográfico de Proa, Destino, Empúries y Columna (por poner ejemplos de cada una de las partes del accionariado de 62). «Ésta nos permitirá renovar y reordenar el fondo de todas las editoriales», explicó.

Con Eugènia Broggi al frente, Labutxaca recuperará clásicos y modernos de la ficción, tanto de la literatura catalana como de extranjeros traducidos. Contará con tres series especializadas (novela negra, novela histórica y ensayo divulgativo) y dos servicios anuales. Es decir: con la publicación de 20 títulos cada enero y mayo (o, en su defecto, en septiembre).

Se calcula que, entre los 16 sellos en catalán con los que cuenta actualmente el Grup 62, engrosan un catálogo de más de 7.500 títulos con derechos. Una cifra que podría alcanzar los 15.000, según Xavier Mallafré, director general de Grup 62.

Mallafré lo tiene claro: sabe que su empresa -la más grande en la edición en catalán- tiene los medios para competir en igualdad de condiciones con lo que él llamó eufemísticamente «otras culturas».Se refería, claro, a la edición en castellano. Según sus palabras, el hecho de «sumar dos socios industriales (Planeta y Enciclopèdia) y un socio financiero (La Caixa) es una buena noticia para la creación en catalán».

Los suyos son términos de mercado, y al mercado, precisamente, van a ir dirigidos sus próximos estudios. Quiere saber qué está comprando quien compra libros en la lengua de Pla, y por qué de cada cinco volúmenes vendidos en Cataluña, cuatro son en la lengua de Cervantes.

Asimismo, Mallafré pretende aprovechar la distribución de la que se ocupa la empresa Enlace para reforzar la promoción de cada uno de los sellos de 62. Finalmente, su intención es conseguir un «diseño atractivo y de calidad» para el producto final; es decir: el libro.

De páginas para adentro, Porta y Folch estuvieron de acuerdo en que éste es un proyecto sin precedentes en la historia del libro en catalán. Y su reto consiste en «conseguir en conjunto el prestigio que Proa, Selecta o Columna han obtenido por separado», según Folch. Para ello, el consejo asesor al que pertenecen (y que completa Baltasar Porcel, ausente ayer por problemas de salud), se reunirá una vez al mes. Su función no es tanto la de decidir como la de orientar a los directores de las editoriales integradas en 62, las cuales mantienen su indepencia.

Además de la colección de bolsillo, Riera presentó un segundo proyecto inicial con el que pretende reforzar la cultura catalana desde el Grup 62. Se trata de la promoción de los autores que engrosan su nutrido catálogo y que representan a la literatura en catalán. «Ahora mismo hay un millón de recién llegados a Cataluña que no saben quiénes son Salvador Espriu o Mercè Rodoreda», puso como ejemplo.

Precisamente, Mercè Rodoreda avui es la campaña con la que el Grup 62 celebrará en 2008 el centenario del nacimiento de la escritora barcelonesa. Además de reeditar sus obras completas, el grupo ha ofrecido su soporte a las instituciones para difundir el reconocimiento de su literatura.

El proyecto completo no se presentará hasta el próximo mes de octubre, en el marco de la Feria del Libro de Frankfurt, cita ineludible de la edición catalana. «La obra de Rodoreda está muy bien valorada en Alemania», añadió el director editorial de 62. Ésta será la primera de una serie de campañas destinadas a la promoción del patrimonio literario en catalán.


LOS PROYECTOS DEL NUEVO GRUP 62

1 Máxima difusión. El director general de Grup 62, Xavier Mallafré, explicó que quiere aprovechar el prestigio de cada sello y la distribución de una empresa de gran alcance como Enlace para «competir en igualdad de condiciones» con los grupos editoriales en castellano.

2 Estudios de mercado. Asimismo, Mallafré anunció que analizará qué títulos se están vendiendo en lengua catalana para conocer los intereses de sus lectores y crear nuevos contenidos.

3 Transversalidad. Por su parte, el director editorial del grupo, Fèlix Riera, establecerá la cohesión de todos los sellos de 62 mediante proyectos comunes. Ayer presentó dos: una colección de bolsillo que recupere el fondo editorial de todos ellos bajo una misma firma (Labutxaca); y el diseño de campañas destinadas a promover el patrimonio literario en catalán. La primera de ellas será Mercè Rodoreda avui, y en su programa está la reedición de sus obras completas.

4 Consejo asesor. Xavier Folch, Baltasar Porcel y Jordi Porta conforman el llamado «consejo de sabios», cuya función consiste en valorar los contenidos que van a publicarse sin intervenir por ello en la decisión de las editoriales. Éstas conservan sus respectivos directores. Las reuniones del consejo son mensuales.

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