WASHINGTON.-
La manipulación psicológica, la humillación, la privación sensorial y las posturas forzadas causan tanto daño, estrés y angustias como la tortura física, según un estudio que publicó ayer Archives of General Psychiatry. Esta revista, que forma parte de las publicaciones de la Asociación Médica de Estados Unidos, indicó que el estudio lo dirigió Metin Basoglu, del King's College en la Universidad de Londres.
Basoglu y sus colaboradores entrevistaron a 279 supervivientes de torturas procedentes de Sarajevo en Bosnia-Herzegovina, Banja Luka en la República Srpska, Rijeka en Croacia, y Belgrado entre 2000 y 2002. Las definiciones de tortura aceptadas más comúnmente incluyen el sufrimiento físico y mental.
«Después de que se publicaron informaciones de los abusos cometidos por los militares de EEUU en Guantánamo, Irak y Afganistán, un grupo de trabajo del Departamento de Defensa y otro del Departamento de Justicia argumentaron en favor de una definición muy limitada de tortura», indica el artículo. Según la definición estadounidense, la tortura «excluye el dolor y sufrimiento mental causado por varios actos que no causan grave dolor físico», informa Efe.
Los entrevistados por Basoglu y su equipo, con una edad promedio de 44,4 años y el 86,4% de ellos hombres, contestaron preguntas sobre 54 componentes de estrés relacionado con la guerra y 46 formas diferentes de tortura que habían experimentado.
Los autores concluyeron que las técnicas de «interrogatorio agresivo», o los procedimientos de detención que suponen la privación de necesidades básicas, la exposición a condiciones ambientales adversas y otras manipulaciones psicológicas no parecen diferir mucho de la tortura física en términos del sufrimiento que causan, o sus efectos a largo plazo.
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