C. E. C.
MUNICH.-
Las fornidas empleadas del aeropuerto muniqués esperaban a David Beckham para lanzarse hacia él. No pudo venir la estrella inglesa por lesión. Para ellas, la segunda elección estaba clara: Roberto Carlos. El inimitable y eterno lateral del Madrid ya pasó muchas veces antes por las mismas puertas y siempre fue uno de los más buscados. A un mes de cumplir los 34 años, y tras salir Zidane y Ronaldo, el pequeño diablo zurdo es de nuevo la máxima estrella internacional del equipo blanco. Por delante de Cannavaro o Van Nistelrooy.
Si el Madrid cae eliminado esta noche en el Allianz Arena, Roberto Carlos podría haber disputado su última gran velada. «Puede que sí, puede que no», dice con ese tono suyo burlón. Tiene muy claro que un adiós en octavos aceleraría esa 'revolución pendiente'. Le afectaría.
Roberto ha afirmado en innumerables ocasiones que desea terminar su carrera deportiva en el Real Madrid. Aquí llegó con 23 años procedente de un Inter de Milán que en 1996 presentaba ceguera en grado máximo. Considerado sin discusión como uno de los 10 mejores jugadores extranjeros en la historia del Real Madrid (y hay para elegir) no sabe muy bien cuál será su destino. Las intenciones del club con él son poco románticas: una temporada más y otra opcional.
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