Esta maniobra resta poder a E.ON, pero el grupo alemán necesita defenderse del ataque del grupo italiano Enel y de Acciona. Con su decisión de anoche permite que la eléctrica mantenga su actual límite en los estatutos a que ningún accionista pueda ejercer derechos políticos superiores al 10% del capital. Eso hace que Enel y Acciona no tendrán, a efectos prácticos, más de ese porcentaje, pese a que han comprado, cada uno, más del 20%. Además, el mantenimiento de los estatutos impide que puedan entrar en el consejo de administración de Endesa dos empresas competidoras en el mercado español como Enel y Acciona.

E.ON no compite en ningún mercado con Endesa y, por tanto, sí podrá entrar en el consejo. Ayer anunció que mantiene su condición de llegar al 50,01% del capital de Endesa para formalizar su OPA, lo que aún es posible si la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) -es decir, el Gobierno español- no desequilibra la balanza a favor de Enel y Acciona, que sólo pueden sumar el 49,80% del capital.

El presidente de Endesa, Manuel Pizarro, recobra poder con el movimiento de E.ON y se reunirá hoy con el consejo de administración para afrontar «el nuevo escenario», según un portavoz de la eléctrica. Éste declinó dar detalles, pero el consejo estudiará la desconvocatoria de la junta extraordinaria del próximo día 20. Esta junta fue convocada en respuesta a la petición inicial de E.ON de eliminación de los blindajes estatutarios. Pero, al retirar esta condición es difícil que Pizarro pueda mantenerla, aunque estaba prevista una prima de asistencia de 15 céntimos por acción, con la que contaban ya los dueños de títulos.

E.ON hizo el anuncio tras la visita a Madrid del ministro de Economía de Italia, Tomasso Padoa Schioppa, que respaldó ayer implícitamente la entrada de Enel en Endesa y recordó que la eléctrica española obtuvo autorización de entrar en Italia en 2001.

«Neutralidad» italiana

En un viaje a Madrid previsto con antelación a la irrupción italiana en Endesa, Padoa-Schioppa se negó a responder a las preguntas más espinosas sobre cómo se gestó la operación y los contactos con Moncloa. Aseguró que él no participa «en las decisiones estratégicas de las empresas» -aunque es el primer accionista de Enel- y garantizó su «neutralidad». No obstante, subrayó en vísperas del Consejo Europeo del jueves, que «el mercado energético ya no es sólo nacional, pero tampoco es totalmente europeo». En respuesta al portavoz del PP, Vicente Martínez-Pujalte, afirmó que para él «es un cumplido» que se califique la OPA de «siciliana», dada la belleza de la isla.

Así se expresó en un almuerzo organizado por el Foro Nueva Economía y en presencia de la cúpula de Abertis, la concesionaria de autopistas controlada por La Caixa y ACS que espera ahora que se desbloquee su intento de fusión con la italiana Autostrade. El consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, dijo que ve «un buen clima» político, pero dijo seguir a la espera del «desarrollo del marco regulatorio».