En su opinión, estas empresas han visto en la energía un «enorme nicho de mercado» y una opción más para diversificar y, en último término, garantizar ingresos estables y recurrentes con que superar los ciclos del negocio tradicional. Las constructoras «han visto estas posibilidades y han entrado con fuerza y con intención de participar en el futuro del sector», subrayó Aldama tras presentar el informe anual del sector.

Además, recordó que las empresas de electricidad y energía presentan una gestión muy similar a las de construcción, en la que las relaciones con las administraciones públicas tienen un importante papel. Precisamente, esa estrategia ha abocado a las compañías a su internacionalización. «Teníamos que estar orgullosos de esas empresas, porque se han convertido en líderes mundiales y hay que felicitarles», dijo Aldama.

Y restó importancia a la inversión y el endeudamiento que las compañías soportan por esas operaciones corporativas. La mayor parte de la deuda está asociada a los proyectos que financian.

En cuanto a la enrevesada pugna entre firmas energéticas y de construcción por hacerse con el control de Endesa, el presidente de la patronal afirmó que la operación «es para nota».

El presidente de Seopan, que reconoció que la operación no le puede causar ya más sorpresas, no quiso valorar la entrada de la italiana Enel en la pelea, a la espera de que la eléctrica española celebre su junta de accionistas. «Habrá que esperar a conocer cómo queda el accionariado. Entonces, los socios tendrán que ponerse de acuerdo sobre la forma de gestionar la compañía».