EUGENIO MALLOL
VALENCIA.-
La cadena de supermercados valenciana Mercadona sigue empeñada en romper moldes en política de recursos humanos y amenaza ya con reinventar la logística. El año pasado rebasó un umbral psicológico al facturar 12.158 millones de euros, un 18% más que el año anterior, y obtuvo un beneficio neto de 242 millones, lo que supone un aumento del 32%, según explicó su presidente, Juan Roig.
Las ganancias, en condiciones normales, hubieran sido de 409 millones, pero la compañía decidió repartir un tercio (167 millones), entre su plantilla, que recibió así el equivalente a una paga y media. A cambio de este compromiso de la empresa con sus 57.000 trabajadores (todos fijos), la productividad sigue subiendo. En 2006 se incrementó un 12%, hasta 206.000 euros de venta por persona.
Juan Roig afirmó ayer de forma categórica que «necesitamos incrementar la productividad» en España y, frente a las llamadas a la moderación salarial, insistió: «El problema no está en los sueldos, sino en la productividad».
La política de recursos humanos de la cadena valenciana gira en torno al concepto de plantilla estándar. Todos los trabajadores tienen horario continuado (de mañana o de tarde), saben cuál es su turno con un mes de anticipación y conocen sus vacaciones desde principios de año. Este modelo permite a la compañía «saber cuántos trabajadores se necesitan por tienda».
En cuanto a la logística, la futura planta de Ciempozuelos (Madrid) costará 300 millones de euros, el doble de lo que requeriría una instalación similar en condiciones normales. Pero en este proyecto, bautizado como el Almacén Siglo XXI, «ningún trabajador hace esfuerzos físicos, todo lo hacen las máquinas, la plantilla sólo tiene que usar la inteligencia».
Para el salto internacional, según Roig, el horizonte sigue siendo 2010. Hay unas 150 empresas en estudio, porque lo más probable es que se lleve a cabo mediante la compra de una compañía.
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