Abajo Quintana, que declaró ayer como imputado en el caso durante casi tres horas ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, contestó al fiscal que no conocía el citado informe. Luzón insistió en su interrogatorio y enumeró las distintas acepciones con las que el experto que tasó los sellos (su nombre es Steve Washburne) calificó el estado de los mismos, además de apuntar que les atribuyó un valor de 3,5 millones de euros. «Sellos falsos», «mal imitados», «sobrecarga falsa», «sellos originales cuyo valor es ínfimo» y «dudosos» son algunas de las definiciones que aparecen en el informe aportado por la Fiscalía.

Es más, Luzón sacó también a colación un informe elaborado por otro experto (su nombre es Hermenegildo Trillo), en el que también constan advertencias a los ex dueños de Afinsa sobre los sellos de Guijarro, según manifestó el fiscal. Esta situación derivó en un escenario económico nada halagüeño para Afinsa en 2004, según reconoció Quintana, aunque al final la empresa reportó unos beneficios de 51 millones de euros.

«¿Quién controlaba los catálogos?», preguntó el fiscal. «Era Afinsa la que decidía y fijaba el precio, y después lo remitía a Brookman [un catálogo estadounidense considerado prestigioso e internacional]», respondió Joaquín Abajo Quintana.

Pero el fiscal no se mostró conforme con la respuesta e insistió en el papel que jugaron los sellos de Guijarro. A la pregunta de si los precios de estos bienes tangibles eran aprobados en los consejos de administración de Afinsa, el ex secretario de la filatélica manifestó no recordarlo y afirmó que «nunca se ha examinado una lista de precios a incluir en un catálogo» en un consejo.

El chófer de Albertino

Abajo Quintana reconoció que la empresa hizo un contrato por 10 años con el catálogo Brookman, por 65.000 dólares al año (49.590 euros), pero precisó que él «puso reparos» a ese contrato, pero «no me hicieron caso», manifestó, según confirmaron fuentes jurídicas.

Uno de los asuntos que centró el interrogatorio de la Fiscalía fue el lote de sellos que Afinsa adquirió a Guijarro Lázaro y que han sido calificados de presuntamente falsos. «¿Por qué en ningún consejo de administración se habló de Guijarro, un hombre que ha estafado 1.000 millones de euros a Afinsa?», preguntó Luzón. «Se trataban otros ámbitos», contestó Abajo Quintana. En este sentido, el fiscal se interesó por la persona que puso en contacto a Guijarro y a la filatélica, y reveló que el proveedor de sellos en cuestión era el chófer de Albertino de Figueiredo, ex presidente de Afinsa.

Según fuentes jurídicas, Abajo Quintana reconoció que sabía que se habían comprado sellos a Guijarro Lázaro que no reunían las condiciones necesarias. En este sentido, la Fiscalía advirtió de que, en la actualidad, aún existen sellos de este lote adjudicados a clientes. El ex secretario del consejo de la filatélica lo negó, pero el fiscal insistió en que en la documentación interna de la compañía aparece que sí. Joaquín Abajo dejó claro que en 2003 se retiró toda la filatelia de Guijarro, al menos, así se lo confirmó el presidente de la empresa en esa época, Juan Antonio Cano Cuevas, según señaló.

El ex director de la contabilidad de Afinsa, Emilio Ballester, imputado también en el caso, salió en varias ocasiones a la palestra en la declaración de Abajo Quintana, quien dejó claro que su departamento era el que se encargaba de mirar las facturas de la compra de los sellos. Además de ser también Ballester el que se ocupó de la inspección de Hacienda que atravesó la compañía, según confirmó el propio Quintana e informaron fuentes jurídicas.

Las retribuciones de Abajo Quintana en Afinsa ascendían a más de 136.000 euros en 2005 y más de 142.000 euros en 2006, según los datos aportados por la Fiscalía. Joaquín Abajo sólo pudo contestar ayer a las preguntas del fiscal, ya que el juez suspendió la declaración hasta el próximo viernes, cuando responderá a las preguntas de la acusación.