Cinco etarras afirmaron ayer ante el Tribunal Especial de lo Criminal de París estar dispuestos «a todo, a morir y a matar», si no se aprovecha la «oportunidad» del alto el fuego «permanente» declarado por ETA hace casi un año.
Fue Xabier Abaunza Martínez, supuesto ex responsable de un par de estructuras del aparato militar de ETA, quien trasladó ese mensaje al tribunal justo antes de que éste se retirase a deliberar a primera hora de la tarde de ayer.
En ese mensaje leído en euskara e incorporado a la causa en una traducción en francés, afirmaban «con orgullo pero sin ninguna arrogancia» que son de ETA y conminaban a Francia y España a resolver el conflicto «de una forma digna». «Mientras que Francia no cambie su posición, buscaremos la aceptación política del País Vasco a través de la lucha, y lo decimos muy claramente: Francia nos tendrá enfrente», afirmaron.
Insistieron en que el país vecino es «parte del conflicto y debe participar en su solución», pero puntualizaron que hablaban en nombre propio y no en el de «Euskadi Ta Askatasuna».
En su dictamen, adoptado tras cuatro horas de deliberación, la Corte, presidida por la juez Nadia Ajjan e integrada por un jurado de seis magistrados -un hombre y cinco mujeres-, les condenó con penas de entre siete a 14 años de cárcel.
La pena más alta, de 14 años de prisión, recayó precisamente en Abaunza Martínez, de 42 años, a quien la acusación adjudicó el papel de responsable de las estructuras de formación y de información del aparato militar de ETA hasta su detención el 2 de mayo de 2002 en Niort (oeste de Francia) juntos a los otros cuatro.
Objetivos turísticos
La más baja, de siete, fue para Anartz Oyarzabal Ubierna, de 29 años, quien, según la acusación, ayudaba entonces a Abaunza en la formación de un comando, designado para perpetrar atentados contra objetivos turísticos en España en el verano de 2002.
Los tres miembros de comando, cuya misión concreta era preparar cinco atentados con coches-bomba en la Comunidad Valenciana, fueron condenados a 10 años de prisión. Se trata de la entonces pareja formada por Lexuri Gallastegui Sodupe, de 37 años, y Manex Zubiaga Bravo (27 años), así como de Angel María López Anta, de 29.
Por unanimidad, el tribunal les consideró culpables de todos los cargos, y rechazó sólo una cuestión sobre Abaunza.
Dictaminó además que los acusados no podrán optar a beneficios penitenciarios hasta que hayan cumplido íntegramente dos tercios de sus respectivas condenas, al tiempo que les prohibió definitivamente su estancia en Francia, una vez que hayan purgado sus penas.
Los expertos antiterroristas franceses barajan la posibilidad de que ETA esté estudiando la probabilidad de trasladar sus acciones armadas a territorio francés.