La Asociación de Automovilistas Europeos asegura que el sistema de notificación de los radares fijos que hay en la capital, donde no se para al conductor inmediatamente sino que se envía la sanción hasta tres y cuatro meses después de la infracción, fomenta más el fraude que la prevención.
Además, esta fórmula provoca lo que el organismo llama la bula del hooligan, es decir, que los conductores opten por pagar una multa mayor para evitar que le quiten puntos de su cuenta. ¿Cómo? «El Ayuntamiento no para a los infractores que superan la velocidad con un radar fijo, sino que les envía una notificación para que identifiquen al conductor. En este momento, si el denunciado no identifica a nadie se cierra este expediente y el propietario del vehículo tiene que pagar la máxima cantidad según el número de kilómetros que se haya superado. Pero no perderá ni un punto», explica Mario Arnaldo, el portavoz de Automovilistas Europeos.
Es decir, si llega a un domicilio una infracción para identificar al conductor, de 400 euros y con una penalización de seis puntos por exceso de velocidad, el propietario del vehículo puede negarse a la identificación y pagar 600 euros para que se cierre el proceso.
Además, Arnaldo insiste en que muchos conductores implican como infractores a familiares o amigos que, aunque no conducían en el momento de ser cazados, les afecta menos a su vida laboral perder puntos.
«Esto no es una política de seguridad vial sino de recaudación, ya que posibilita que se liberen de las sanciones personales por pagar más», añade Arnaldo.
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