Puestos a enamorarse, puede uno entusiasmarse con el primer efebo que salta a la vista y vivir felizmente en la dulce nube. O puede pasar de flor en flor iluminado por la frivolidad de los romances efímeros. Si es uno más intenso, puede obcecarse con una persona y decidir que estaba escrito en el destino, y suicidarse para los restos si sale mal. No hay una sola forma de amar y así lo han reflejado los autores de teatro a lo largo de la historia de la dramaturgia. El gran secreto, que se estrena hoy en el Teatro Gran Vía, es una colección de esas secuencias. De cómo entendieron el romanticismo Shakespeare, Tennessee Williams o Bertolt Brecht. Teñidas con el «humor y la ternura» que son identidad de Comediants y que comparten con Albert Espinosa (guionista de Planta cuarta), autor de la obra.
Se trata de un montaje de formato mediano que se representará en dos versiones: para adultos y para niños. El pequeño secreto, viernes y sábados, es la fórmula inventada por la formación catalana para «cuidar al público joven». Lo dijo Joan Font durante la presentación de las dos obras: «hay que hacer productos de la misma calidad para ellos que para los adultos».
Albert Espinosa y Joan Font se conocieron en Pekín. «En aquel viaje a China aprendimos mucho del mundo teatral. Luego hemos estado tres años buscando un proyecto en el que colaborar juntos, y al final encontramos éste. Me interesaba saber si son el cine y el teatro los que emulan la vida real o es al revés, son los autores los que cambian nuestra forma de amar». Espinosa y Font han dibujado un viaje por la historia y, sobre todo, «un homenaje al teatro y a su gente», ahora que camina por las tierras movedizas de la modernidad.
«El mundo actual es un cuadrilátero, tenemos que pelearnos por todo. Pero el teatro tiene que sobrevivir a todo eso y a la competencia del cine, porque convivir con una función sigue siendo un acto impagable», denunció Font. Por eso ellos han vuelto también al punto de partida, después de los macroeventos y la grandilocuencia de los montajes que han llevado a los espacios públicos de todo el mundo, hay en Comediants una vuelta a los orígenes al volver a encerrarse en un teatro clásico para expresar sus propuestas. O, como prefiere Font, «este montaje es un punto y aparte, un paréntesis antes de romper y edificar de nuevo». «En Taipei había 40.000 personas viéndonos, en Moscú 80.000, los macroespectáculos ya están dominados y, además, son muy complicados de llevar a cabo, tanto por temas de seguridad como de logística. Ahora tratamos de bucear más en los matices, en otros lenguajes».
En este recorrido por la historia del teatro se usan diversos estilos y lenguajes relacionados con cada época: máscaras, payasos, teatro de objetos, música... un trabajo de auténtica gimnasia teatral a cargo de cinco actores que acaban, probablemente, exhaustos. Txe Arana, María Casellas, Toni González, Roger Julià y Guillem Motos estuvieron tres meses ensayando para poder abordar los rápidos cambios de escena, vestuario y lenguaje. «Ha sido una auténtica aventura», reconoció ayer Arana.
La banda sonora de El gran secreto ha sido expresamente realizada para la obra por Ramón Calduch (hijo), y la escenografía ha sido responsabilidad de Jordi Bulbena.
El espectáculo, que se representará en castellano, fue estrenado en diciembre en el Teatro Nacional de Cataluña y permanecerá en el Gran Vía hasta el 25 de marzo. Es la primera vez que Comediants visita esta calle «tan importante y célebre para el mundo de las artes escénicas». «Hemos estado en casi todos los escenarios de Madrid, pero en este eje jamás», confesó divertido Font durante la rueda de prensa.
El gran secreto.
Hasta el 25 de marzo en el Teatro Gran Vía (Gran Vía, 78). Precio, de 22 a 32 euros. Miércoles (día del espectador), de 18 a 28 euros. Venta de entradas: en taquilla y El Corte Inglés (
www.elcorteingles.es
y 902 400 222).