Habrá que esperar a septiembre para conocer en qué se concreta el plan de trabajo que está preparando Christian Streiff, el nuevo presidente del grupo PSA Peugeot-Citroën. En el Salón de Ginebra, su primer encuentro con la prensa internacional, sólo ha querido señalar los principios que guiarán su actuación que, para algunos, quizás impresionados todavía por el plan que preparó para Airbus, van a dar lugar a drásticas reducciones de empleo.
Sin descartar que puedan producirse estas reducciones de empleo, Streiff ha señalado que no hay ninguna fábrica bajo vigilancia, pero que todas ellas deberán ser competitivas. «Tenemos una capacidad de producción de cuatro millones de unidades al año, pero sólo producimos 3,5 millones. Por tanto, debemos adecuar el trabajo de nuestras plantas a la demanda», explicó.
A continuación indicó que su objetivo es recuperar el 1,5% del mercado europeo perdido en los últimos cuatro años y mejorar la expansión en los mercados de fuera de Europa. Algo que permitiría elevar las ventas a esos cuatro millones que son capaces de producir las fábricas a pleno rendimiento.
Streiff valoró la trayectoria del grupo francés en la última década bajo el mandato de Jean-Martin Folz. Aplaudió la primera mitad del periodo en que se ganaron tres puntos de penetración en Europa y se mejoró la rentabilidad, en buena parte gracias a la política de acuerdos de colaboración con otros fabricantes. Sin embargo, consideró que en los últimos cuatro años había habido relajación y una oferta de modelos no siempre atractivos.
Un grupo, dos marcas
Aceptó el lema de Folz de «PSA, un grupo, dos marcas», pero consideró que no se ha aplicado suficientemente. Su intención es crear una estructura única, dejando sólo dos organizaciones comerciales, la de Citroën y la de Peugeot.
También se mostró partidario de mantener los acuerdos con otros fabricantes, pero siempre que se pueda sacar más rendimiento de ellos. Anunció que PSA no dudará en financiar nuevos proyectos en solitario, si es preciso.
Inicialmente, su trabajo se va a centrar en tres puntos. El primero, crear un plan de renovación de las gamas de Peugeot y Citroën con coches más atractivos y más baratos de producir. Ofrecer la máxima calidad, al final ahorra dinero, es la nueva máxima. La española Magda Salarich forma parte del grupo de este grupo de trabajo.
En segundo lugar, un recorte generalizado de costes, que podría incluir recortes de personal. Y por último, Streiff propone reconquistar el mercado europeo y acelerar la expansión en Mercorsur, China y Europa del Este e, incluso, regresar al mercado norteamericano.
Respecto a la nueva normativa sobre emisiones de CO2, señaló que es difícil de cumplir y poco realista. Pero pidió que se impida la compraventa de «derechos de emisiones».
Informaciones elaboradas por: Sergio Piccione, César Urrutia, Ana Montenegro y José Luis Cano.